Conmoción en el mundo de la moda con una noticia que nadie se esperaba el año pasado: Pierpaolo Piccioli deja la dirección creativa de Valentino. Tras 25 años en la firma -ocho de ellos como director creativo en solitario-, su partida supuso un antes y un después en la alta costura contemporánea. Un diseñador querido y celebrado, que ha sabido conjugar la poesía con la técnica, el clasicismo con la modernidad. Su última colección, teñida completamente de negro, fue un adiós disfrazado de elegancia.

Hoy sabemos que su historia no terminaba allí. Pierpaolo Piccioli regresa al epicentro de la moda como nuevo director creativo de Balenciaga, y su debut será en la próxima Paris Fashion Week de octubre. Asumirá oficialmente el cargo el 10 de julio de 2025, según ha confirmado el grupo Kering en un comunicado.

Un giro inesperado que tiene todo el sentido

Si bien la estética de Piccioli ha estado siempre ligada al romanticismo y la exuberancia de la costura, su nombramiento al frente de Balenciaga encierra una lógica profunda. Al igual que Cristóbal Balenciaga, Piccioli es un obsesivo del detalle, un artesano de la forma, un amante de la elegancia sin artificios. Como guiño simbólico, la primera foto que subió a su Instagram en 2018 fue precisamente un vestido de novia diseñado por el modisto vasco en 1967. "La simplicidad es una complejidad resuelta", escribió.

Durante más de una década, Balenciaga estuvo en manos de Demna Gvasalia, quien reformuló la marca como estandarte de la ironía, el exceso y la cultura post-internet. Ahora, tras su traslado a Gucci, la llegada de Piccioli supone un plot twist fascinante, ya que los diseñadores mantienen un estilo completamente diferente.

El legado que hereda y la nueva era que comienza

Piccioli asume el cargo en un momento clave. Balenciaga es una de las marcas más potentes del conglomerado Kering, con una red de más de 270 tiendas y una línea de perfumes en camino. Su anterior director transformó la casa en un símbolo de provocación, con sudaderas desestructuradas, zapatillas XXL y jeans rotos convertidos en objetos de lujo. Sin embargo, en los últimos años también se apostó por el regreso de la alta costura, la incorporación de actrices como Nicole Kidman o Michelle Yeoh, y la creación de bolsos de culto como el Le Cagole.

La llegada de Piccioli promete otro giro: un retorno a la emoción, a la belleza más pura, sin abandonar la innovación ni la contemporaneidad. En su carta de presentación, el diseñador expresó su deseo de construir sobre lo que ya existe: "Balenciaga es lo que es hoy gracias a todas las personas que han pavimentado el camino: Cristóbal, Nicolás, Alex, Demna... En todas sus fases, ha mantenido vivos los valores estéticos de la casa".

Pierpaolo Piccioli comenzó su carrera en Fendi, compartiendo equipo creativo con Maria Grazia Chiuri. Juntos llegarían a Valentino en 1999 y compartirían dirección hasta 2016, cuando él asumió el liderazgo total. En 25 años, redefinió la identidad de Valentino, convirtiéndola en una casa abierta a nuevas generaciones, culturas y cuerpos.

Su desembarco en Balenciaga se suma a una temporada cargada de nuevas direcciones creativas: Chanel, Gucci, Loewe, Versace y Bottega Veneta también vivirán cambios en sus colecciones de otoño. Pero pocos nombres generan tanta expectativa como el suyo. Porque si algo ha demostrado Piccioli es que la moda puede ser un acto de amor. Y Balenciaga, quizás, el escenario perfecto para volver a escribir esa historia.