Claro que los pijos también lloran

Llorar es cosa de todos porque el sufrimiento no distingue entre pijos o pijeras. Dicen que llorar no es malo. Tampoco tengo claro que sea bueno en exceso. Soy más de términos medios, aunque últimamente tengo que confesaros que tengo la lágrima fácil y el corazón más sensible. Despedir a los seres queridos no es tarea fácil, y hacerte a la idea de que mañana será un día más sintiendo ese vacío es difícil de asumir. Supongo que como buena pija nunca dejaré de llorar por dentro, y si de vez en cuando se me salta una lágrima dejaré que corra libremente por mi rostro hasta que llegue a mis labios, para poder saborear el gusto salado de las lágrimas que me transportará al mar de Ibiza.

El 23 de septiembre, día en el que mi madre me trajo al mundo, Luján Argüelles debutó en el Teatro Reina Victoria de Madrid, propiedad de Carlos Sobera, junto a Fernando Candela protagonizando la obra teatral «Los pijos (también lloran). Revolution». Luján hace de presentadora y Fernando, de un organizador de eventos. No es oro todo lo que reluce y detrás de cada evento hay una historia digna de ser contada.

¿Queréis saber cómo es un evento por dentro? ¿Queréis llorar pero de risa y salir del teatro con ganas de seguir riendo? Sin duda, os recomiendo no perderos «Los pijos también lloran». Estarán hasta diciembre en Madrid, y después continuarán la gira por toda España.