Almería
«A la hora de reivindicar no conozco a nadie, ni en Madrid ni en Sevilla»
Se reúne el miércoles con la presidenta andaluza. Planteará una batería de demandas sanitarias, culturales o urbanísticas: el PGOU sigue en vía muerta 13 años después
–¿Qué balance hace de estos 14 meses al frente de la Alcaldía?
–Hago un balance positivo. Es verdad que ha sido un año de transición y los años de transición siempre son duros, pero tenía mucho interés en poner en marcha una nueva forma de hacer las cosas, con un ímpetu especial en modernizar la Administración y hacerla más transparente, así como potenciar la participación ciudadana. Cambiar inercias en un ayuntamiento tan grande como el de Almería no es fácil, pero estoy satisfecho. Hemos sentado las bases de un proyecto a largo plazo que va a conseguir transformar la ciudad de Almería. Además, este relevo no ha supuesto una parálisis. El año pasado fuimos la primera capital de Andalucía en aprobar los presupuestos negociándolos con Ciudadanos y este año los tenemos cerrado también. Por tanto, impera el diálogo y el sentido común, y somos capaces de desbloquear los asuntos importantes para los ciudadanos.
–Tiene una reunión el miércoles con la presidenta de la Junta. Pidió este encuentro el día después de tomar posesión. ¿Demasiada espera?
–Nosotros veníamos de una etapa de mucha confrontación entre el Ayuntamiento y la Junta. Yo creía, y lo sigo pensando, que la llegada de un alcalde iba a suponer un giro en la forma de hacer las cosas. Lo anuncié en mi discurso y dije, desde la más absoluta lealtad institucional, que mi primera acción iba a ser solicitar una reunión a la presidenta. No me contestó. Han pasado 14 meses y ya por fin ha dado resultado. Mi ánimo sigue siendo el mismo, el de tener una relación fluida entre administraciones.
–En cualquier caso, ha tenido más suerte que el ex alcalde de Jaén, que ha asumido la Secretaría de Estado de Hacienda sin que Díaz lo recibiera como alcalde.
–Lo sé y me lo ha contado el propio afectado. Pero no lo acabo de entender. Al final, cuando le pido una reunión a Susana Díaz, no se la pido como secretaria general de los socialistas andaluces, sino a la presidenta de la Junta, que es la máxima responsable de la Administración. Por encima están los intereses de la gente. Y por esa misma razón, la presidenta de la Junta le pidió una reunión a Mariano Rajoy tras ser elegida y la recibió en la Moncloa.
–¿Cuáles serán las principales reclamaciones que pondrá encima de la mesa en esa reunión?
–Ha pasado tanto tiempo que hasta el objeto de la reunión ha cambiado ya. En 14 meses, las cosas cambian mucho. Nosotros tenemos un problema muy importante que es el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Probablemente no esté en el día a día de la gente, pero supone un asunto fundamental. Este plan comenzó a redactarse en el año 2004. Después de 13 años aún no está aprobado. Siempre hemos recibido el no por respuesta por parte de la Junta. No es un PGOU de pelotazos urbanísticos ni de campos de golf, sino que le soluciona muchos problemas a muchos barrios de la ciudad. Crea bolsas de suelo industrial para que empresas puedan venir a instalarse a Almería y dar puestos de trabajo. Va a ser un dinamizador de nuestra economía y su parálisis, por tanto, me preocupa. También tenemos el caso del hospital Materno Infantil, cuyas obras comenazaron hace un mes, pero cuya primera piedra se puso en el año 2011. También me preocupa mucho la situación de los centros educativos de Almería porque tienen una media que ronda los 40-45 años y están francamente mal. Y eso afecta mucho a los niños de la ciudad. Tenemos solares cedidos para construir centros de salud, pero no se ejecuta ninguno. En cuanto al área cultural, la Junta tiene que concretar la conservación del conjunto monumental de la Alcazaba, que es la fortaleza árabe más grande de España, una joya con más de mil años de historia que gestiona la Junta y que necesita una fuerte inversión para su mantenimiento y puesta en valor. Además, urge la rehabilitación del Cable Inglés, un cargadero de mineral de principios del siglo XX, declarado Bien de Interés Cultural por la propia Junta y que, sin embargo, lleva años prometiendo una rehabilitación que no llega, a pesar del reclamo turístico que podría suponer al encontrarse frente al mar y constituir un mirador excepcional.
–¿Existe alguna estimación económica concreta sobre el impacto de la parálisis del PGOU?
–Fíjese la importancia de la paralización del PGOU que hay ciudadanos de algunos barrios, como puede ser Castell del Rey, que no pueden pedir una licencia de obra mayor porque están fuera de ordenación. El sector de la agricultura es clave en nuestra economía. Hay 15.000 personas viviendo de la agricultura en la capital. El nuevo plan da respuesta a muchas de las demandas de las zonas de invernaderos. Almería es la única capital que no tiene Corte Inglés...
–Almería no se ha sumado a la marea blanca que sí ha tenido una gran repercusión en Granada, Huelva, Málaga o Sevilla. ¿Se puede entender como un síntoma de satisfacción con la sanidad?
–En Almería se ha pasado del cabreo más absoluto al desencanto. Han sido muchos los desprecios que nos han hecho en materia sanitaria. En el Materno Infantil pusieron la primera piedra en 2011 con todo el boato del mundo y nada más se supo hasta hace un mes. Es cierto que Almería no se ha tirado a la calle, pero eso no significa que no existan los problemas.
–C’s ha planteado 60 medidas para aprobar los presupuestos. ¿Las exigencias de esta formación son las mismas a nivel municipal y autonómico?
–Ciudadanos se lo pone mucho más fácil a Susana Díaz de lo que nos lo pone a los alcaldes. ¿Por qué? Pues no lo entiendo. Quizá porque con los alcaldes necesitan estar demostrando todo el día que no son la marca blanca del PP y por eso nos lo hacen pasar peor que a los demás. Puede que tenga algo que ver con los propios complejos, no lo sé. El caso es que nos pusieron muchas exigencias para aprobar los presupuestos, pero al final hemos llegado a un buen acuerdo.
–¿El acuerdo está garantizado?
–Ciudadanos ha dicho que sí. Y confío en que no haya cambio, porque al presupuesto no se le ha cambiado ni una coma. Al final lo importante es que todos los asuntos están saliendo adelante y no existe ninguno paralizado por la confrontación municipal.
–En aras de la estabilidad, ¿sería conveniente que Ciudadanos se sumara al Gobierno?
–No estoy seguro de que garantice ningún tipo de estabilidad. A día de hoy estamos bien como estamos. Del mismo modo, me gustaría poder negociar con PSOE e IU también y que fueran interlocutores válidos, lo que ocurre es que no tienen ningún interés en negociar conmigo.
–¿Cuál es su objetivo fundamental de esta legislatura, con el que pueda decir si lo consigue que se da por satisfecho?
–Pese a no ser mi competencia, el gran objetivo es el empleo. La provincia de Almería tuvo durante mucho tiempo pleno empleo técnico, ha liderado la balanza económica andaluza, pero hemos pasado del todo a la nada. Y la recuperación está siendo muy dura. Todavía hay demasiadas personas que lo están pasando mal. Contribuir a que se cree empleo en Almería es una máxima y si puedo contribuir a conseguirlo me doy por satisfecho.
–¿El Gobierno central no debería preocuparse más por Almería en cuanto a infraestructuras?
–Por supuesto que sí. Cuando en Almería hubo la primera manifestación reclamando las infraestructuras ferroviarias, el único dirigente del PP que iba cogiendo aquella pancarta era yo, y yo no era alcalde todavía. Lo haría una y mil veces. En la última concentración que hizo la Mesa del Ferrocarril, el escenario, el atril y el sonido lo pagó el Ayuntamiento de Almería. Represento a una ciudad de 200.000 habitantes y a la hora de reivindicar, cuando me pongo la chaqueta de alcalde, no conozco a nadie, ni en Madrid ni en Sevilla, o los conozco a los dos por igual. No nos merecemos las infraestructuras ferroviarias que tenemos. Un ejemplo muy claro está en el turismo. Podemos poner 70 museos, tener el mejor parque natural de la península, que lo tenemos, pero mientras a la gente le cueste 80 euros ir en AVE a Málaga, y a Almería 400 en avión, jamás vamos a ser competitivos.
–¿Y mantener ese discurso dentro del partido cómo lo lleva? Hay un cierto recelo en el PP a salirse del guión establecido.
–Cuando mi partido me dio el respaldo para llevar a cabo este proyecto, sabían como soy. He sido así siempre. Un buen alcalde no puede estar pendiente de los colores de su interlocutor, sino de los problemas que le puede solucionar ese interlocutor. Jamás, nunca, nadie, me ha llamado la atención por eso y espero que no lo hagan porque el que lo haga me defraudará.
–Los fondos por la participación municipal en los tributos de la comunidad, la denominada Patrica, llevan congelados desde 2012. ¿Cómo afecta esto en el caso de Almería?
–La Junta nos debe Patrica como se la debe al resto. Y esto lo suplimos con la gestión eficiente. El Ayuntamiento de Almería está muy saneado y por eso pude despedir 2016 bajando el IBI, cuando la noticia era que por la actualización catastral iba a subir en toda España. Las cosas por tanto van bien, pero desde luego es urgente abordar la financiación municipal y las competencias locales. Cuando un ayuntamiento abre un colegio o una guardería no lo hace por gusto, sino porque a quien le corresponde no lo hace.
–¿Es el momento de cumplir definitivamente la máxima de «un hombre, un cargo» o al menos un hombre y un cargo institucional y otro orgánico?
–No me gustan las definiciones de máximos. Lo que sí tengo claro es que hoy por hoy no podría asumir otro cargo institucional. El ayuntamiento me ocupa el cien por cien de mi tiempo. Otra cosa, harina de otro costal, es la responsabilidad dentro del partido. En el fondo, lo que hay que ser es responsable y no asumir más responsabilidad de la que uno puede desempeñar. En mi partido hay mucha gente buena para ocupar responsabilidad y hay que darle vida a la gente que viene detrás.
–La propuesta de doble vuelta, tal y como se ha planteado en el PP, ¿cree que es la vía más correcta o es mejorable tal y como han indicado algunos dentro de su partido?
–A mí las primarias no me gustan demasiado. Me parece mejor la propuesta de la doble vuelta y puede estar bien. El PP no tiene que tener miedo a escuchar a las bases y a los simpatizantes y abrir el partido lo máximo posible. Todo lo que vaya encaminado a que el proceso sea más participativo, a mí me parece bien.
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