
Política
Alberto Díaz: «No me veo como un hombre de transición sino de futuro en Sevilla»
PORTAVOZ DEL PP EN EL AYUNTAMIENTO HISPALENSE. Empresario de éxito durante tres lustros, aparece en el primer plano político tras aprender de su «maestro Juan Ignacio». Líder humilde, ve su fuerza en el grupo que lo eligió por unanimidad. Dispara a dar al actual alcalde en minoría.

–¿Sorprendido?
–Sí, gratamente. No entraba en mis cálculos ser portavoz municipal, pero estoy con muchas ganas de hacer bien las cosas.
–Ha destacado por su perfil humilde, algo difícil de administrar en un puesto de liderazgo.
–Un buen líder es el que se rodea de personas mejores que él. Es cuestión de trazar un rumbo y conseguir que el grupo reme en la misma dirección. Aquí hay personas con mucha capacidad, experiencia, solvencia e iniciativa, el resultado puede ser explosivo. Y el objetivo es hacer una oposición responsable, rigurosa y lograr desgastar día a día al gobierno de Juan Espadas. Debemos representar a una mayoría de sevillanos que nos apoyaron en 2015.
–Acostumbrado a estar a la sombra de los focos, ¿no es un cambio radical?
–No soy un político profesional. He desarrollado una carrera fuera de la política, dirigiendo una empresa durante quince años al éxito. Sé cuáles son los objetivos y cuáles los recursos. Estos últimos ocho años he estado a la sombra de una gran persona como Juan Ignacio (Zoido), del cual he aprendido y al que considero un maestro.
–Siendo su referente, y considerándolo «insustituible», después de lo acontecido en las elecciones de 2015, ¿dónde cree que estuvieron los errores de Zoido?
–Supo capitanear este barco de manera exitosa en la oposición y con muchas más luces que sombras durante cuatro años de gobierno. Parte de los ciudadanos nos quitaron su confianza, pero en la carrera desde 2007 han sido más los éxitos que los fracasos. Hemos hecho un análisis, fueron cuatro años muy duros, con medidas impopulares y otras muy populares. Quedaba mucho por hacer. Estábamos convencidos de que habría segunda vuelta y no pudo ser por un pacto de minorías.
–¿Tiene hoy el PP de Sevilla un portavoz de largo recorrido?
–El trabajo del grupo demostrará que no es una decisión transitoria. No me veo como un portavoz de transición. Me tomo las cosas con tranquilidad y seguridad.
–¿Y ambición?
–Todos la tenemos. Es una cuestión sana y quiero que todo el grupo sea ambicioso. No creo que una decisión que ha tomado de forma unánime todo el grupo municipal, con el apoyo de la dirección provincial, sea una decisión transitoria. Al contrario, una decisión de futuro.
–¿Uno de sus objetivos es trasladar una imagen de unión que el grupo provincial no ha ofrecido?
–Debemos cambiar esa percepción de que aquí hay bandos. La decisión adoptada fue unánime, nadie se opuso, y se acordó que había un nuevo equipo de dirección del grupo municipal. Si le mejor propuesta era ésta, no tiene sentido hablar de disensiones. Se han mezclado dos territorios diferentes, el municipal en la capital y el partido en la provincia y se han equivocado en los tiempos. El Congreso Provincial se supone que será en los primeros días del verano de 2017. A nivel de partido estamos en un debate a nivel nacional, luego estará el regional y luego el provincial. Que cada uno opine lo que quiera, pero no soy partidario de hablar de trama. Vengo aquí a diario y no la veo.
–¿El golpe electoral se tradujo en una oposición débil?
–No lo veo así. El que ha perdido dos años ha sido Juan Espadas, no el PP. Eso es una evidencia. La oposición ha sido la que tenía que ser. La actividad ha sido la normal. Siempre que hay un cambio se necesita un periodo de adaptación. Ese tiempo ya ha pasado.
–La percepción, y dado que el PSOE gobierna en minoría, es que esa oposición ha sido muy light. Zoido se quejaba amargamente de la herencia recibida, ¿puede ser que Espadas haya sabido lucrarse de la herencia recibida?
–Sí, lo que decía Espadas de que no había heredado nada que mereciese la pena de Zoido es una mentira como un castillo. Al gobierno socialista se le traspasaron una cantidad de cosas en marcha que no fueron las que recibimos nosotros en 2011. Nosotros heredamos ruina, caos, ineficacia... y él recibe orden, cuentas saneadas, gestión eficaz en las empresas públicas, proyectos avanzados... En año y medio, Espadas decía que iba a sacar a la ciudad de la apatía, pero ha hecho todo lo contrario. Una cosa es que no le gusten nuestros proyectos y otra que los parelice sin alternativas. En la gestión de las empresas ya se está empezando a ver qué son capaces de dar de sí. La ciudad está más sucia, hay problemas laborales en Lipasam, críticas a la gestión de Emasesa, suben las reclamaciones en Tussam por retrasos... Hay parálisis y bloqueo en Altadis, Ikea, Sevilla Park, Gavidia... ¿Dónde están la buena gestión y la transparencia?
–Espadas presumía de esa capacidad de diálogo... IKEA es historia y por falta de agilidad burocrática de la Junta de Andalucía.
–Es brutal. Le diría que le pida a Susana Díaz de una vez por todas que invierta en la ciudad lo que tiene que invertir. La Junta, a quien competía la declaración de impacto ambiental, ha puesto obstáculos ante los requerimientos de Fomento, con quien firmamos un convenio en abril de 2015 para la ejecución de un ramal vital para la nueva tienda de la multinacional. Sevilla no puede permitir que se bloqueen oportunidades de crecimiento y generación de empleo. El caso de IKEA no es distinto a Altadis. También hay firmado un convenio que no era de Zoido sino de la ciudad de Sevilla con la empresa gestora del edificio. Costó Dios y ayuda sacar adelante ese convenio. Me he reunido con los empresarios y en año y medio hemos retrocedido para volver a cuestionarnos si es o no es. Igual que la Gavidia o Sevilla Park. Pero mientras tanto, eso sí, a ver si podemos solucionar un marrón a la señora Díaz comprándole una parte del edificio de Plaza Nueva.
–¿El alcalde sí impulsa el Metrocentro hasta Santa Justa?
–Ese proyecto se lo encuentra en la carpeta de traspaso de gobierno. Había tres distintos: San Bernardo-Santa Justa; Santa Justa-Plaza de Armas; y el más ambicioso y necesario, Santa Justa-Sevilla Este. Pero una cosa es que estén desarrollados y otra que sean una prioridad para la ciudad. El metro sí lo es. Las competencias son de la Junta. No vale culpar al Estado. Una vez que esté desarrollado y cuantificado se va al Gobierno de la nación y ese momento aún no se ha producido. En 2012 se presentó la consejera con 18 cajas de los proyectos. Las mismas personas dicen tres años después que no valen.
–¿Zoido va a ayudar a Sevilla?
–Sí, clarísimamente. Es algo que hemos hablado internamente. Él está dispuesto además. En el último pleno hice un ofrecimiento al alcalde de acompañarle a todos los ministerios para intentar abrir puertas. El ministro Zoido va a ser mucho por esta ciudad, todo lo que esté en su mano, por supuesto que lo va a intentar sacar adelante. De eso nos vamos a ver beneficiados todos. Lleva Sevilla a gala.
–El Estado dice «no» al dragado, medida que afecta a la zona franca ideada por Zoido. ¿Cómo queda la relación con los empresarios?
–Fui testigo y actor en el Gobierno de Zoido a la hora de transmitir seguridad y confianza a los empresarios. En este año y medio se está haciendo lo contrario. IKEA, Altadis, Sevilla Park...
–Espadas propone un «eje entre capitales andaluzas» y aplicar tasas turísticas...
–Más venta de humo y una ocurrencia sin conocer su impacto, que encima se plantea antes de hablar con la persona que tiene que respaldarla. Sevilla necesita otras muchas cosas antes.
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