Andalucía fue la comunidad que más agresiones a médicos registró en 2018

Los datos que ofreció ayer la Organización Médica Colegial (OMC) revelan que las agresiones a los médicos constituyen un problema que no hace más que agravarse. Andalucía es la comunidad autónoma que más ataques registró a facultativos el año pasado, un total de 124. Esta cifra es muy superior, por ejemplo, a la siguiente región del ránking, la comunidad de Madrid, con un total de 85. En Cataluña, que ocupa el tercer puesto, se contabilizaron 61.

La OMC dio a conocer estos datos coincidiendo con el día nacional contra las agresiones en el ámbito sanitario. Como viene sucediendo en años anteriores, estas conductas violentas se producen con más frecuencia en la atención primaria (55 por ciento) frente a la hospitalaria (23 por ciento). Entre los tipos de agresiones, se registraron un 12 por ciento de lesiones, 46 de insultos y 42 de amenazas.

Los motivos son múltiples. Desde las discrepancias con la atención médica, con un 39 por ciento, al tiempo de espera en ser atendido, con un 17 por ciento. Además, hay que señalar también que la incidencia acumulada de agresiones a médicos por cada 1.000 colegiados es superior en Andalucía que en el resto de España.

Por su parte, la OMC apunta que los facultativos no siempre denuncian estas situaciones, por lo que solo un 66 por ciento de los agredidos han denunciado los hechos. Además, el 25 por ciento de los médicos agredidos tuvo que darse de baja laboral. En cuanto a los datos provinciales, Cádiz fue la que sumó más casos, con un total de 45, seguida de Málaga con 28; Granada con 16; Sevilla con 13; Almería y Córdoba con siete; Huelva con cinco; y Jaén con tres.

En este contexto, el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos presentó ayer una iniciativa a través de una pulsera que refuerza el lema «Stop agresiones a médicos» para fortalecer la unión de todos los médicos andaluces en su lucha contra esta lacra. Además, la organización recordó que está a disposición de todos los médicos andaluces en la lucha contra este «grave» problema, ofreciendo todos los medios posibles. Así, recordó que recientemente solicitó el apoyo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para la modificación del Código Penal, con el objetivo de que vuelvan a penalizarse –como delito leve de atentado– las actitudes de insultos y vejaciones que tanto daño causan a la integridad psíquica del médico.

Asimismo, la organización defendió ante el TSJA que sea el acto sanitario el bien jurídico protegido con independencia donde se realice ya sea en ámbito público o privado, agravándose las penas que atenten contra el mismo, debiéndose igualmente promulgar una ley que reconozca la autoridad pública de los médicos en ejercicio de sus funciones, como la que ya existe en otras comunidades autónomas.

La OMC ha puesto en marcha una seria de iniciativas bajo el lema «Contra las agresiones a sanitarios, tolerancia cero. Respetar a los médicos es cuidar de la salud de todos», con el objetivo de concienciar a los profesionales que trabajan en el entorno de los servicios de salud y sensibilizar a las administraciones públicas y a la sociedad en general ante este grave problema que requiere de la unidad de todos.

Por su parte, el Colegio de Médicos de Sevilla señaló que, concretamente, en lo que respecta a la provincia, de las 13 agresiones producidas, hay un mayor número a mujeres (8), que a hombres (5), lo que supone un «significativo» aumento respecto a 2017. La mayoría de los ataques se produjeron en la atención primaria (8). Sobre el tipo de agresiones, son más numerosas las amenazas (9) que los insultos (7).

Moreno insta a los pacientes que sean testigos a denunciar

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, instó ayer a que toda persona que sea testigo de un caso de violencia contra el personal sanitario «lo denuncie» para ayudar a atajar este problema. «Le doy la máxima prioridad a erradicar y evitar de una vez por todas la violencia contra los profesionales sanitarios, que en la mayoría de los casos son contra mujeres», subrayó. Moreno añadió que estas agresiones suponen una «presión añadida» a la que ya deben soportar estos profesionales en su actividad profesional, que «además limitan», y criticó que les acarrea a los sanitarios «angustia, estrés, ansiedad y hasta de depresión». «Cuando veamos comportamientos violentos, no ya agresiones físicas, sino insultos, somos el resto de usuarios los que tenemos que denunciarlo», aseguró.