Agricultura
Más de 200 agricultores abordan la situación del mercado de la almendra
IV jornada técnica celebrada por Asaja Córdoba junto con la Fundación Caja Rural del Sur y Dafisa
IV jornada técnica celebrada por Asaja Córdoba junto con la Fundación Caja Rural del Sur y Dafisa
Asaja Córdoba, junto con la Fundación Caja Rural del Sur y Dafisa, celebraron, en el Club Hípico de Córdoba, la IV Jornada Técnica de Almendro, donde más de 200 agricultores abordaron la situación global actual del mercado de la almendra y cómo ha evolucionado tanto en Estados Unidos como en España.
Según la organización agraria en una nota, Cristóbal Pérez, ingeniero agrónomo de Dafisa, destacó que "se está pasando de un modelo de plantación en secano en zonas marginales a nuevas plantaciones en regadío y que existen grandes explotaciones con producciones". Así, ha subrayado que "las previsiones indican que se van a producir de 50.000 a 150.000 toneladas en solo unos años".
Por su parte, el director técnico de Cultivo de Almendro de Agrosan, Antonio Cordón, expuso que, "ante el creciente interés del cultivo del almendro en la actualidad, es necesario tener un conocimiento de las principales enfermedades para llevar a cabo un correcto manejo de las mismas". Además, trató aspectos como sintomatología, prácticas culturales y tratamientos fitosanitarios para que dicho cultivo sea rentable para el agricultor.
Asimismo, Ignasi Iglesias, 2D Technical Manager de Agromillora, puso de manifiesto que "una visión retrospectiva de la evolución de la producción frutícola a lo largo de las últimas décadas indica nítidamente un camino irreversible hacia la mejora de la eficiencia de los 'inputs' productivos, incluida la mano de obra".
"Esta eficiencia ha venido de la mano de le mejora genética aportando nuevos patrones y variedades y de la tecnología de producción en aspectos tan importantes como los sistemas de formación, el riego, la fertilización o la protección de los cultivos", dijo Iglesias.
De entre estos aspectos, la disponibilidad de nuevos patrones de bajo vigor abrió hace décadas el camino hacia la intensificación de las plantaciones. Ello posibilitó una entrada en producción más rápida y una disminución de los costes de producción al disponer de árboles de menor volumen, con la copa más accesible y mejor adaptada a la mecanización.
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