Andalucía

Consummatum est

Cada andaluz vivimos esta Semana Mayor desde multitud de prismas

Cada andaluz vivimos esta Semana Mayor desde multitud de prismas.

Hace ya días que se escuchó la clásica frase: Señores, esto ya está aquí. Lo anunció Charo Padilla, poniendo voz al alma de todos los cofrades en su Pregón. También, el azahar, cubriendo de flores blancas las aceras y adoquines de las calles. Es asombroso ver cómo lo proclamaron algunos colegios, con perfectas procesiones, que mantienen viva la llama de la Fe. Lo dijo, con su cruz al hombro, el Cristo de la Corona. Y todas las hermandades de vísperas. Y la rampa del Salvador. Y los niños, primeros nazarenos, de La Borriquita. Y la Cruz de guía de La Paz. Ya estamos en Semana Santa. Siete días donde este pedazo de tierra se acerca aún más a Dios. Una semana que permanece durante años, generaciones y siglos. Lo volvió a cumplir el axioma, en forma de soleá: Los años son como tramos. El tiempo empieza y acaba cada Domingo de Ramos. Ya estamos en esa gloria, que proclamó el genio de las ondas españolas. En esa semana, que es principio y fin de la propia existencia, como nos contó Caro Romero («la vida es una semana»).Todo está dispuesto. Cada andaluz vivimos esta Semana Mayor desde multitud de prismas. Visiones, todas válidas, para alcanzar «este cielo llamado Semana Santa», en palabras de Maese Burgos. Todo está cumplido. El nazareno se revestirá de Cristo la tarde del Miércoles Santo para acompañar a su Piedad del Baratillo, la Virgen Niña que lleva a su Hijo dormido en un sueño de eternidad. La Fe vive desbordada, por calles y balcones. Suena una saeta. Un marcha parece detener el tiempo. Y en el silencio de esta mañana de Lunes Santo, hay un evangelio de vida y Resurrección: Qué vida ha de tener/ quien llora y besa las manos/ del Señor del Gran Poder.