Creadores de atmósferas

No es muy habitual editar bandas sonoras de películas españolas y menos aún el recopilatorio de un compositor. El sevillano Pablo Cervantes sí lo ha logrado recientemente con «Garci Cervantes, Film Music 2011-2015», que recoge parte de su estrecha colaboración con este cineasta. Con apenas 40 años, puede presumir de contar en su filmografía con casi 80 títulos y tres nominaciones al Goya.

El jerezano Julio de la Rosa es el habitual de Alberto Rodríguez y gracias a la repercusión de sus películas ha conseguido que se hayan editado las bandas sonoras de «La isla mínima» (ganadora de un Goya), «El hombre de las mil caras», «Grupo 7» y «La Peste».

A raíz del éxito de «Solas», el malagueño Antonio Meliveo, actor de teatro en sus inicios, fue un claro referente entre los compositores andaluces con trabajos señalados como «Padre Coraje», también de Zambrano, o «Fugitivas». En los últimos años está muy volcado en su faceta de productor y socio de Antonio Banderas. Su paisano Pablo Trujillo ha creado la música de «Resort paraíso», «Maniac tales» y «No sé decir adiós», con la que ganó el pasado Premio Asecan. En esta misma edición estaba nominado el almeriense Alejandro Vivas por su trabajo en «El jugador del ajedrez». Con premios en Estados Unidos y Canadá, es autor también de la música de «La conjura de El Escorial», del jienense Antonio del Real. Otro que sabe mucho de premios es el sevillano Jesús Calderón, galardonado en Italia, Estados Unidos, Canadá y Australia. Ha creado la partitura de «Halowin», rodado por el sevillano Paco Torres en Irlanda, y «Obra 67», de David Sáinz, entre otras.

Al igual que Cervantes y De la Rosa son los habituales de Garci y Alberto Rodríguez, el sevillano Eustaquio Álvarez tiene una estrecha relación con su paisano Joaquín Ortega, para quien ha creado la música de sus dos últimos trabajos, «Síndrome de ti» y la aún inédita «El mate de Morphy».

Frente a estos siete compositores andaluces tan sólo hay una mujer, lo que pone de manifiesto el enorme desequilibrio que se da en el cine y en algunas áreas más especialmente. La malagueña Paloma Peñarrubia tiene más trabajos en teatro que en cine, pero logró que la música de su primer largometraje, «Seis y medio», del onubense Julio Fraga, fuera nominada a la mejor banda sonora en los Premios Asecan.