Cine

Andalucía

De un pequeño gran país

“El hombre que cuida”, de Alejandro Andújar / Foto: La Razón
“El hombre que cuida”, de Alejandro Andújar / Foto: La Razónlarazon

Si el año pasado pudo verse en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva una retrospectiva del cine argentino, en esta pasada edición ha sido una desconocida cinematografía, procedente de la República Dominicana, la que mostró algunos de sus más recientes trabajos. Es muy acertada la decisión de dedicar este ciclo a un país con poco peso en el mercado cinematográfico en lugar de hacerlo a las grandes potencias regionales, como pueden ser la citada Argentina, México o Brasil. Ojalá en años posteriores el festival siga poniendo el foco en pequeños países que permita acercar al espectador español películas que de otros modos no se verían.

Quienes hayan tenido la ocasión de asistir a este certamen con cierta regularidad podrán contar, tal vez con los dedos de una mano, los títulos llegados desde este país caribeño. Puede que los aficionados más veteranos recuerden una singular comedia de mediados de los años 90, “Nueba Yol”, protagonizada por el muy popular Luisito Martí, aquí metido en el papel del bonachón de Balbuena, recién llegado a la metrópolis para hacer realidad el sueño americano. Ángel Muñiz fue el guionista y director de esta película, con tal éxito en su país que propició una continuación, pero como segundas partes nunca fueron buenas, directamente realizaron la tercera, “Nueba Yol 3: bajo la nueva ley”.

En los últimos años ha prosperado la producción cinematográfica en la República Dominica como lo corrobora que la ganadora del Colón de Oro de este año fuera “Miriam miente”, una de las once películas dominicanas presentes en diversas secciones en la pasada edición. Cinco formaban parte del ciclo, en el que destacaban “El hombre que cuida”, de Alejandro Andújar, drama que pone en evidencia las clases sociales y “Carpinteros”, de José María Cabral, ambientado en una cárcel y con una historia de amor clandestina. Inmigración ilegal, crímenes y venganzas aparecen retratados en “La isla rota”, donde se aborda un tema de permanente actualidad entre los dominicanos: la delicada convivencia con los haitianos, con los que comparten isla, de ahí el título. En “Pulso” es una infección de SIDA la que transforma las vidas de una familia mientras que en “Flor de sol” se relata la historia de uno de los más exitosos empresarios del país tras una infancia marcada por la miseria, la pérdida (quedó huérfano) y su evolución desde su puesto de limpiabotas hasta la cúspide empresarial; viene avalada por el premio a la mejor película del Festival de cine dominicano de Nueva York, el principal destino de los emigrantes cuando abandonan la isla (en la actualidad hay unos 850.000 dominicanos en esta metrópolis).

Fuera de concurso se incluyó “Mañana no te olvides”, protagonizada por un adolescente con síndrome de Down y su abuelo, enfermo de Alzheimer. El director es José Enrique Pintor, más conocido como Pinky Pintor, nacido en España pero residente en República Dominicana, donde ha desarrollado su carrera profesional. En la nueva sección dedicada a la comedia había tres títulos más: “Catastrópico”, “Lotoman” y “Tubérculo Presidente”. En esta última, que pone en solfa la política y el poder, aparece incluso el Rey de España, encarnado por Uxío Lis, un actor gallego llegado a la isla por trabajos extracinematográficos y que ha participado en numerosas producciones para televisión, en su mayor parte con papeles de malo.

También hay una conexión entre Andalucía y la República Dominicana gracias al cine. Se trata de Miguel Ángel Moreno Hernández, Doctor en Pedagogía por la Universidad de Sevilla y con un puesto de responsabilidad en un área siempre delicada como es la educación, en la República Dominicana; es Director de Formación y Desarrollo Profesional del Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio, “Inafocam”, entidad integrada en el Ministerio de Educación de la República Dominicana, “Minerd”. Nacido en el sevillano barrio de Triana, lleva residiendo media vida en la isla, donde ha echado raíces. Está muy integrado en la sociedad y la cultura dominicana por su labor profesional, obviamente, y también por su larga afición al séptimo arte, nacida en su propio barrio en plena juventud. Lleva varios años muy vinculado al cine a través de diversos foros, como jurado y colaborador en algunos festivales de este pequeño gran país.