Cine
Desmontando a Paesa
Alberto Rodríguez estrena hoy «El hombre de las mil caras», una película sobre el famoso espía y su implicación en el «caso Roldán».
Alberto Rodríguez estrena hoy «El hombre de las mil caras», una película sobre el famoso espía y su implicación en el «caso Roldán».
No hay avances en la negociación política, las semanas se encaminan hacia las terceras elecciones mientras vamos sacando la ropa de otoño. Del abrigo al bañador y de nuevo a ir a votar con la pelliza en otro intento de reafirmación del espíritu ciudadano. Mientras, siguen saliendo a la luz nuevos casos de corrupción política y la maquinaria judicial arranca, lentamente pero arranca, para poner el foco en algunas de las tramas con las que hemos convivido en los últimos años. Antes de que empiece la casi inevitable campaña electoral, vendrá muy bien para los nostálgicos acercarse al cine este fin de semana para ver la última película del director sevillano Alberto Rodríguez, que rescata en este trabajo nuevo uno de los más importantes episodios del mangoneo institucional.
Seguro que recuerdan a Luis Roldán, aquel director general de la Guardia Civil que se llevó más de 300 millones de euros a mediados de los años noventa gracias a comisiones generadas por obras en cuarteles y al saqueo de los fondos reservados. Durante un tiempo nadie sabía dónde se ocultaba el hombre más buscado de Europa pese a los esfuerzos de los servicios de Interior por cogerle. Su rostro se hizo habitual en los televisores conforme la trama se complicaba, salía más que cuando estaba al frente de la Benemérita pero nadie daba ni con él ni con su dinero. Ahora parece que esa cantidad es irrisoria con lo que hay en cima de la mesa, pero hace veinte años 1.500 millones de pesetas era mucho dinero.
Al prófugo, así le llamaban cuando cayó en desgracia, ya lo vimos entrar en prisión pero nada se ha sabido de lo robado. Roldán, que vive ahora en Zaragoza, niega que lo tenga y señala a Francisco Paesa como la persona que se lo quedó. Un escualo sin escrúpulos que trabajaba para los servicios secretos y del que incluso se publicó su muerte en 1998, pese a que acaba de conceder una entrevista en París, donde reside, a raíz de «El hombre de las mil caras», que es como se titula la película del autor de «La isla mínima». Rodríguez pega un salto social para alcanzar las cimas, o las cloacas, del poder en España y retratar de paso cómo éramos hace casi nada. El país iba lanzado a una velocidad supersónica pero nadie sabía bien hacia dónde, los negocios funcionaban, todo el mundo hacía dinero hasta que algo comenzó a fallar. Fue el primer aviso de que los recursos de las arcas del Estado ya caían en manos ajenas. El director sabe trazar muy bien una de las tramas que hicieron mella en el Gobierno de Felipe González que, acosado por los casos de corrupción política y la guerra sucia contra ETA, intentaba mantener a flote la hegemonía del PSOE pese a los lastres con nombres propios que hundían poco a poco su gestión: «caso Gal», «caso Lasa y Zabala», «caso Filesa», «caso Ibercorp», «caso Juan Guerra», «caso Roldán»...
Inspirada en el libro «El espía de las mil caras», de Manuel Cerdán, el elenco lo integran Eduard Fernández, José Coronado, Marta Etura y Carlos Santos, quien interpreta a Roldán y califica de «bombón» la oportunidad de trabajar con el director sevillano. «Cualquier actor que se ponga en la piel de un personaje te va a decir que tiene simpatía por su personaje. En este caso, se necesita establecer con él ciertos vínculos empáticos para tratar de entender porqué hacen lo que hacen y dicen lo que dicen. Además, hacemos una película sobre un señor que ya ha pasado por la cárcel, ha pagado su pena después de 15 años, de los cuales 10 estaba incomunicado».
La película no pasará a la filmografía del autor como uno de sus mejores trabajos pero no se hace aburrida y permite a los más jóvenes conocer a algunos de los nombres propios de la etapa en la que se gestó eso que se llamó la «Cultura del pelotazo». El protagonista, Francisco Paesa, vale para que se haga una serie completa con su trayectoria vital y mortal. Encargado de trabajos «reservados», en «El hombre de las mil caras» se le acusa de haber engañado a todos los españoles empezando por el propio Roldán, que ya ha dicho que no piensa verla. Sólo por eso, merece la pena.
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