Estrasburgo

Dos mujeres de la Corrala Utopía llegan a Estrasburgo

La Razón
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Unos la defienden y otros la atacan, pero el camino andado por los miembros de la Corrala Utopía es incuestionable después de diecisiete meses peleando por legalizar la situación de ocupas en un edificio del barrio de San Lázaro de Sevilla. Sin agua y sin luz, pero con la dignidad suficiente para reclamar una vivienda que se le niega. Basta decir, como muestra de la trascendencia internacional de este movimiento, que hoy dos vecinas llegarán a Estrasburgo, invitadas por el Consejo de Europa y por la Comisión Europea.

Ambas participarán en el conferencia «Responding Together», en la que participan iniciativas públicas, institucionales y ciudadanas de todo el continente. La Corrala Utopía será la única representación española en el evento, «que apuesta por buscar salidas a la crisis desde las propuestas de la propia sociedad civil», según la nota de la propia plataforma.

En la cita en el Consejo de europa habrá representantes de Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Rusia, Moldavia, etcétera. Algunas de las iniciativas ciudadanas que se analizarán tratan sobre reciclaje, lucha contra la exclusión social, lucha contra la pobreza y, por supuesto, sobre el problema de la vivienda, que en ningún país europeo adquiere la relevancia y gravedad que en España.

Ibercaja, propietaria del edificio ocupado, presentó el pasado verano la orden desalojo y ésta podría hacerse efectiva en el presente mes de noviembre. Por este motivo, la plataforma nacional de Afectados por la Hipoteca anuncia una movilización a nivel nacional para impedirlo.

En fechas recientes además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha paralizado cautelarmente el desalojo de un bloque de viviendas ocupado por la PAH en Salt (Girona). Ahora la Corrala Utopía expondrá sus planteamientos a nivel europeo con la esperanza de obtener un apoyo que por ahora se le ha negado en España.

Ibercaja asegura que sólo ha recibido los informes de cuatro familias sobre la situación de exclusión social de los ocupas, a las que ofrece una alternativa en otras viviendas de alquiler. Otras informaciones ponen en duda el funcionamiento democrático de la Corrala.