Parlamento Regional
El hijo de Valderas da un portazo a IULV-CA y al PCE
Critica la «ruindad» mostrada con su padre por el fichaje frustrado de Díaz
Critica la «ruindad» mostrada con su padre por el fichaje frustrado de Díaz
Los cañones de fogeo, o no, que han rodeado al nombramiento fallido de Diego Valderas como comisionado de la Memoria Histórica, han hecho un blanco inesperado. Con todo, el hijo del histórico ex dirigente de IULV-CA, Javier Valderas, sacó rápido y anunció ayer a través de las redes sociales su decisión de poner «punto final» a «23 años de militancia» tanto en IU como en el PCE tras «los últimos acontecimientos vividos y sufridos a cuenta de la memoria histórica, una ley parida de las entrañas de IU y que no hubiera sido posible sin nuestra gestión en el Gobierno», defendió, en alusión a la etapa en la que la federación de izquierdas compartió Ejecutivo con el PSOE-A.
Valderas hijo no dudó en aseverar en su perfil de Twitter, consultado por este periódico, que «la ruindad y la mezquindad han campado a sus anchas para contra el compañero, camarada y padre Diego Valderas», lo que le habría hecho ver que «ni la herramienta política ni el partido son ya lugares donde pueda estar».
«Tendría mucho que decir, que recriminar y que gritar, pero jamás he odiado y no lo voy a hacer ahora, lo reservaré para cosas más vitales», deslizó, para añadir: «Conformaos con mi dolor, que lo tengo, no lo oculto».
El que fuera concejal y portavoz de IU en el municipio onubense de Lepe argumenta haber comprendido que algunos pueden «intentar escribir el relato», pero no «la historia», en una clara alusión a cómo han gestionado los suyos la propuesta de la presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, al ex coordinador de IULV-CA de ser comisionado, duramente criticada desde la federación. Ésta la entendió como una «trampa» del PSOE, y desde el PCA llegaron a amenazarlo con abrirle un expediente disciplinario si no la rechazaba. Aunque lo cierto es que ese puesto ni existía y para que Valderas hubiera podido ocuparlo habría que haber modificado la ley de memoria histórica. Pero no pasó. El señalado le dijo «no» a Díaz y ahora su hijo acusa sin nombrar a quienes han convertido «un espacio plural, en el que cabían el ecologismo, el marxismo, el movimiento social, incluso la socialdemocracia a la que el PSOE se le quedaba a la derecha, en algo sectario». Pese a que, afirma, «quedan cientos de compañeros» que merecerían su esfuerzo, rechaza que se haya impuesto «una línea, sin vuelta atrás», en la que, admite, «ya no puede seguir caminando». Es un adiós.
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