Andalucía

El primer 28F de Susana Díaz aumenta la carga política

La presidenta andaluza reconoce la «insoportable» cifra de paro del 36 por ciento, pero evitar citar directamente los casos de corrupción

Fotogafía de familia de los galardonados con la Medalla de Andalucía, junto al reconocido como Hijo Predilecto, Miguel Ríos
Fotogafía de familia de los galardonados con la Medalla de Andalucía, junto al reconocido como Hijo Predilecto, Miguel Ríoslarazon

Sevilla- L Los actos de conmemoración del referéndum de acceso al autogobierno celebrado el 28 de febrero de 1980 de este año han tenido más carga política que institucional, incluso destilaron electoralismo, las europeas se acercan; además de compartir foco con una manifestación promovida por IULV-CA, socio de gobierno del PSOE-A en la Junta, y varias protestas de colectivos ciudadanos. Tanto los discursos del presidente del Parlamento, Manuel Gracia, como el de la presidenta del Ejecutivo autonómico, Susana Díaz, incluyeron puntos de confrontación con el Gobierno central. Una crítica que se hizo frontal con las palabras del elegido como Hijo Predilecto de Andalucía, el rockero Miguel Ríos, quien disparó balas de galardonado contra los recortes, pero sólo hacia la derecha. Hacia la izquierda, se limitó a respaldar la gestión de un bipartito que «hace lo que ningún otro por paliar el sufrimiento de los que lo pasan mal».

En concreto Gracia, en la intervención que pronunció durante el tradicional Pleno parlamentario tras el izado de la bandera andaluza y la interpretación del himno de la comunidad, abogó por mantener una posición de dureza en la reforma del sistema de financiación autonómica por la que clama la Junta. «Debemos ser firmes en la exigencia de una financiación suficiente que permita afrontar en condiciones de equidad la formación y las oportunidades de empleo que necesitan nuestros jóvenes, que son el futuro de Andalucía», proclamó.

Díaz, por su parte, en su debut como presidenta en la ceremonia de entrega de las Medallas de Andalucía, estreno en el que el resto del Ejecutivo regional desapareció del escenario, también reivindicó en el Teatro de la Maestranza «un necesario sistema de financiación justo y razonable, suficiente y solidario». «Un sistema –añadió– que, al contrario de lo que está sucediendo ahora, no sirva para ahondar las brechas entre unos y otros».

Durante su discurso, la socialista mantuvo que «sin autocrítica, no hay progreso posible». Si bien, la suya se limitó a reconocer las insufribles cifras de paro que soporta la comunidad y a repetir que «los casos de corrupción nos abochornan a todos». Como en ocasiones anteriores, evitó poner nombre a causas que investiga la Justicia ligadas a la comunidad, como la de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), Invercaria o la contabilidad de UGT. Una corrupción que se suma a la «lejanía» que sienten los ciudadanos de sus representantes públicos. En ese sentido, la presidenta sostuvo, tras defender que no se conoce ningún instrumento más eficaz que la democracia representativa, que los políticos deben «demostrar que esa voluntad de cambio y de regeneración que nos piden los ciudadanos es real». En sintonía con sus alocuciones anteriores desde que fue investida presidenta, Díaz hizo un llamamiento a blindar el Estado de Bienestar, hizo un guiño a los alcaldes y los ayuntamientos que «tiraron hacia delante de la autonomía»; y reivindicó, en su condición de primera mujer jefa del Ejecutivo autonómico «la igualdad entre hombres y mujeres». Tampoco faltó su reiterado: «Tenemos problemas territoriales en España». Las soluciones a éstos, para Díaz, no pueden pasar por «los saltos al vacío que algunos plantean de forma irresponsable –en alusión a Cataluña–» ni por dejar «las cosas como están». Sobre ese debate, la dirigente socialista avisó de que Andalucía pondrá sobre la mesa «todo» su «peso histórico, demográfico y político». Es más, no dudó en aseverar que «para muchos españoles, Andalucía es una garantía de que las cosas se harán bien, de que no habrá riesgos para la unidad de España», dado que su autonomía «no se ha construido en oposición a nada ni a nadie».

Unas ideas que no sólo la propia Díaz había esbozado antes sino que su antecesor en el cargo, José Antonio Griñán, ya dibujó en el mismo escenario en 2013, cuando, tras llamar a «cerrar» el modelo de comunidades autónomas, recordó: «Los andaluces cuando quisimos cambiar el designio que nos habían escrito (...), nos rebelamos contra ello y lo combatimos», pero actuaron «sorteando grandes obstáculos y trampas», aunque «respetando la ley».

De vuelta a la actualidad, Díaz hizo referencia a los recientes sucesos en Ceuta y Melilla para admitir que le han «conmovido» y reclamar «una acción concertada» del Gobierno central y la UE para no dar la espalda a esos inmigrantes que arriesgan su vida.

Sin líder del PP, pero con la vieja guardia

En el Teatro de la Maestranza hubo una destacada ausencia: la del próximo candidato del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien sí asistió a la ceremonia del Parlamento, donde no pudo saludar a la presidenta y no se materializó la esperada fotografía de ambos. Hasta la Cámara se acercaron también los ex presidentes Escuredo, De la Borbolla y Chaves, no así Griñán, que sólo acudió al Maestranza. A Chaves le gustó el «cambio de escenografía» de la entrega de Medallas, «ha sido más fresco», dijo a LA RAZÓN.