Elecciones andaluzas
El PSOE margina al PP y le quita un puesto en la Mesa del Parlamento
Se blinda con tres representantes y deja al resto de fuerzas con uno.
Blindaje socialista, con tres secretarios provinciales con máxima afinidad a Susana Díaz y mínima representación para el PP, que anuncia un recurso ante el Tribunal Constitucional. Los socialistas, en nombre de la «pluralidad» y el reglamento, quitan un miembro en la Mesa del Parlamento al PP. En la conformación de la Mesa del Parlamento andaluz, X Legislatura, el consenso murió antes siquiera de nacer. El 22-M dejó un reparto de escaños que, en una comunidad de consensos inauditos, convertía la Cámara en un polvorín en el que, parafraseando a «House of Cards», (casi) todos portan una cerilla. En el minuto cero, el consenso estalló por los aires. A las 10:00, el portavoz socialista Mario Jiménez se reunía con los populares Loles López y Carlos Rojas en la representación pública del intento de alcanzar un acuerdo para conformar la Mesa. Pese a los amagos de reeditar una pinza hasta la noche anterior, PP, Podemos, Ciudadanos e IU, por acción u omisión, facilitaron, una vez más, que el PSOE impusiera su criterio, y su mayoría, en la Cámara andaluza. En la mañana de ayer, todas las formaciones negaron los movimientos. Lo demás quedó en ruido. De sables, pero ruido al fin y al cabo. El PSOE impone tres miembros en la Mesa y el PP, con 33 diputados, obtiene la misma representación que IU, que tiene cinco escaños.
La Mesa del Parlamento cuenta con tres secretarios provinciales del PSOE: Juan Pedro Durán, de Córdoba, como presidente; Teresa Jiménez, de Granada, como vicepresidenta; y Verónica Pérez, de Sevilla, como secretaria. Completan el órgano, la popular Esperanza Oña, como vicepresidenta segunda; Juan Moreno Yagüe, de Podemos, como vicepresidente tercero; y José Antonio Castro (IU) y Julio Díaz Robledo (C’s), como secretarios. A las 12:05 arrancó la sesión. Ampliar la Mesa manteniendo la misma retribución a repartir entre un miembro más, lo que podría dictar el sentido común y la austeridad, aseguraron que no es compatible con el Reglamento.
Cuando en México’86 Butragueño marcó cuatro goles a Bélgica, Luis Pizarro ya era diputado en la Cámara. Entonces, dijo, «no soñaba ser “presidente de edad” en la X Legislatura». Pizarro, en un discurso inusual por su corte político que anticipaba lo que se avecinaba, «habló de un Parlamento más plural pero con igual legitimidad». Pizarro dibujó «un horizonte claro: el interés general», lo que en Andalucía tiende a confundirse con el interés del PSOE. El Parlamento, dijo, «es la garantía de la centralidad política». 33 años después, siguen los mismos retos y desafíos que otras comunidades autónomas que estaban por encima también tienen». «Históricamente ha habido grandes controversias en el Parlamento, diferentes enfoques», señaló, para acabar con «tres palabras: diálogo, negociación, acuerdo», que «serán claves».
Toda las elecciones se produjeron en segunda vuelta. El PSOE propuso a Juan Pablo Durán como presidente de la Cámara y el PP a Manuel Andrés González. El resto de grupos, a nadie. Cada formación votó a los suyos y el resto en blanco. Para la vicepresidencia, el PSOE presentó a Teresa Jiménez; PP, a Esperanza Oña, y Podemos a Juan Moreno Yagüe. C’s e IU no presentaron a nadie y se abstuvieron. Cada formación volvió a votar a los suyos. La endogamia, versión parlamentaria.
La necesidad de paridad hizo que los grupos presentaran como secretarios a Verónica Pérez (PSOE), Patricia del Pozo (PP), Julio Díaz Robledo por C’s y José Antonio Castro por IU. Cada formación se votó a sí misma, pero la obligatoriedad de que todos los grupos tengan miembro en la Mesa dejó fuera a Del Pozo, del PP, con 33 votos, a favor de Castro, de IU, con 5 votos. Pizarro durante su intervención tuvo un lapsus significativo, dada la inestabilidad tras el adelanto electoral del Legislativo y del futuro Ejecutivo andaluz: «Nos queda poco tiempo para terminar esta legislatura. Sesión, perdón». A las 14:02 estaba constituida la Mesa. «Quien siembra vientos», dicen, «recoge tempestades». El PSOE, después de tres décadas gobernando, conoce los entresijos para, como poco, montar una central eólica. El poder Legislativo en Andalucía quedó constituido ayer con la dialéctica de los cañones; falta el Ejecutivo, para el que tampoco hay consenso, por más que en los últimos tiempos el poder en Andalucía sea el judicial.
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