Narcotráfico

«Isla Mínima», negocio máximo: coto a la entrada de 50.000 kilos de hachís al año

El clan de los Ginés, junto con las mafias del Campo de Gibraltar, se servía del río para introducir la droga

«Isla Mínima», negocio máximo: coto a la entrada de 50.000 kilos de hachís al año
«Isla Mínima», negocio máximo: coto a la entrada de 50.000 kilos de hachís al añolarazon

El clan de los Ginés, junto con las mafias del Campo de Gibraltar, se servía del río para introducir la droga

Acción, reacción. La lucha contra el narcotráfico conlleva cambios en el tablero. La batalla sin cuartel en la zona del Campo de Gibraltar ha llevado a los delincuentes a buscar nuevas rutas para la entrada de las mercancías. El Gualdaquivir, en tanto que es uno de los ríos navegables más importantes de Europa, pasa por una oportunidad de negocio para la droga. La Guardia Civil dio ayer por desmantelada una organización internacional conocida como el clan de los Ginés, que se había asociado con narcotraficantes de la comarca gibraltareña. Se calcula que llegaron a introducir más de 50.000 kilos de hachís anuales a modo de autopista fluvial. Sólo el pasado mes de febrero, los agentes se incautaron un alijo en el río, a la altura de Isla Mayor, de 2.200 kilos. «Isla Mínima», que sirvió de escenario al filme de Alberto Rodríguez; negocio máximo.

En la «Operación Vegano», desarrollada por la Guardia Civil, han sido detenidas 26 personas, entre ellos los cabecillas, y se han intervenido 2.200 kilos de hachís, tres embarcaciones, nueve vehículos, 273.000 euros en efectivo, 29 garrafas de gasolina, dos armas cortas, ocho largas, varios teléfonos vía satélite y un dron.

El clan de los Ginés está liderado por dos hermanos, que conformaron una especie de «agrupación de interés económico» con los carteles del narcotráfico del estrecho de Gibraltar. Los narcos proporcionaban la tripulación de las embarcaciones semirrígidas, procedente de la zona gaditana, con las transportaban la droga desde el norte de África, y se establecían en dos turno para los repostajes, para los relevos y los descansos. El entramado se dividía en escalones secundarios dedicados a la adquisición de vehículos, la logística para conseguir combustible, proporcionar las embarcaciones y encargarse de su guarda y mantenimiento.

El hilo del que se tira hasta el final de la banda arrancó en agosto del pasado año y llevó al registro de 15 viviendas en los municipios sevillanos de Puebla del Río, Isla Mayor, Dos Hermanas y Carmona; y en los gaditanos de La Línea, Algeciras y Sanlúcar de Barrameda; y el malagueño de Manilva . El modus operandi era la introducción de grandes cantidades de hachís en embarcaciones semirrígidas, de gran potencia, a través del río. Las embarcaciones llegaban en camiones desde su escondite, en naves industriales, hasta el lugar de botadura. La Guardia Civil inspeccionó, precisamente, naves en Isla Mayor y Puebla del Río.

El clan de Ginés o de los Ginés estaba liderado por Ginés Enrique G. R. , de apenas 40 años, arrestado a finales de junio en su chalet de la urbanización La Hermandad, en término de Coria del Río pero muy cerca de Dos Hermanas. Con Ginés trabajaba su hermano Óscar y otro hombre de confianza de ambos. El líder pasó de ser un chaval de la Macarena que empezó con los atracos y se pasó a las drogas: primero vendiendo en el Polígono Sur, tras formarse en la banda del Miguelito, un atracador del Polígono Norte y padre de otros conocidos delincuentes, junto a otros como el Verruga o el Carroña. Ginés pasó de ser un camello que ofrecía caballo a ser el narcotraficante más buscado de Sevilla. Se emparejó con una integrante del clan de los Mikhailovich, narcos de origen húngaro de las Tres Mil. Se estableció tras una agresión en el Polígono Sur y empezó a vender bolsas de droga. Se integró en las clanes de droga y participó en disputas armadas. Después vinieron los coches de alta gama y las armas de fuego. Tras varios incidentes entre clanes, el clan de Ginés se especializó en los vuelcos: el robo de droga entre bandas. En noviembre, el trasiego de embarcaciones en un polígono de la Puebla, en medio de un gran despliegue de seguridad de los narcos, resultó llamativo, con camión grúa incluido y tractor para el traslado de una lancha hacia Mairena del Alcor. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil intervino la nave en el mar. En febrero tuvo lugar la citada intervención de los 2.200 kilos de hachís, con persecución de la Guardia Civil incluida.

La intervención en el chalé de Ginés se saldó sorpresivamente con su detención. Había agentes que dudaban de que estuviera allí y lo ubicaban fuera del país. La EDOA, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga, y el OCON-Sur, la unidad contra el narcotráfico creada en la comunidad, acertaron de lleno y Ginés, a diferencia de otras ocasiones en las que salió huyendo en coches de alta gama, fue arrestado. Ginés, según fuentes policiales, estaba obsesionado con la seguridad, tenía cámaras por todo su terreno y tenía a vecinos a sueldo para dar la alerta. Tras su detención, varias mujeres se acercaron al coche policial a darle ánimos.

La «operación Vegano» corrobora, por un parte, la utilización del Guadalquivir como vía de entrada de la droga aprovechando los canales y las marismas para camuflarse y las zonas de sombra para los radares, ante la presión en las playas de la Línea de la Concepción; y, por otra, la conexión entre la delincuencia de la capital andaluza y el Campo de Gibraltar. Desde 2008, se han multiplicado los alijos incautados en el río. De hacerse pasar por pescadores de angulas por Isla Mayor se ha pasado a las lanchas que superan los 100 kilómetros por hora. Un tercer elemento relacionado con la presión en el Puerto de Algeciras y el Guadalquivir tuvo como consecuencia reciente una operación en el Puerto de Málaga abortando otra posible vía de entrada de los estupefacientes.