Andalucía

La Andalucía de Machado

Una exposición recupera para Sevilla el legado de ambos hermanos coincidiendo con el 80 aniversario de la muerte de Antonio

Una exposición recupera para Sevilla el legado de ambos hermanos coincidiendo con el 80 aniversario de la muerte de Antonio

Ochenta años de la muerte de Machado en el breve exilio de Colliure. «No era esto, no era esto». El cabezal de la cama, las flores a un lado del cadáver, la bandera republicana sobre el cuerpo y la cabeza del poeta con los ojos cerrados. ¿Qué habría pensado por última vez antes de abandonar la vida? Los versos encontrados en el abrigo, «estos días azules y este sol de la infancia», apuntan a los años de la niñez. A los iniciales pasos sobre las losetillas del patio, a los juegos familiares, a las primeras decepciones. Murió Machado mientras España terminaba de despedazarse en la guerra, cuando el exilio republicano apuraba el paso hacia Francia, alejándose de lo poco que quedaba de aquel país que trató de subirse al tren de la modernidad antes de que los fanatismos lo desgajaran como un pelele. Ana Ruiz, llevada en brazos como una niña, pensaba que estaban próximos a Sevilla, a la Triana en la que nació la madre de Antonio y Manuel. El autor de «Soledades» fallecía en el pequeño pueblo francés, su hermano permanecía en Burgos, donde recibió la noticia. Nunca se repondría de aquello, volvió a España, donde murió nueve años más tarde. La llegada de la exposición «Los Machado vuelven a Sevilla» de la mano de la Fundación Unicaja reabre, en cierto modo, el debate sobre si los restos de Antonio Machado deben descansar en nuestro país, y en concreto, en la capital andaluza. Aquel «Sevilla sin sevillanos» se convierte pronto en el arma arrojadiza para destacar el despego del poeta por su tierra. Una broma, un leve alfilerazo, si lo comparamos con la aseveración de Luis Cernuda. «No me queréis, lo sé, y que os molesta/cuanto escribo ¿Os molesta? ¿Os ofende?». Ambos tuvieron que marcharse, pero no lo hicieron por el estallido de la Guerra Civil sino por resultarles insoportable, limitado, el ambiente de sus paisanos. Pese a todo, la luminosidad de su poesía logró captar la esencia de lo absolutamente sevillano, que nada tiene que ver con la monstruosidad estereotipada que la propia ciudad se ha creado desde hace cincuenta años. No había sitio para ellos, como tampoco se encuentra cobijo para el corazón de su obra después de tantos años. Habría que pensar, mejor visitando la emocionante exposición recién estrenada, si el homenaje que se le puede dar a los Machado no es el compromiso con esa belleza equilibrada, culta, exquisita; la de la luz de la tarde y la fuente modernista, del edén que un día soñaron los andaluces.

La lista

Vox ha pedido al Parlamento una lista con los nombres y apellidos de los trabajadores de las unidades de violencia de género. Mal asunto, poner la lupa sobre el quién es quién en un asunto tan delicado como el de atender a una mujer víctima de maltrato. Las intenciones del partido de Francisco Serrano, que ya ha mostrado su claro interés por llegar hasta las últimas consecuencias, pueden comenzar a sembrar de minas el camino del «Gobierno del cambio». Santiago Abascal, que sabe que sin dinero no hay nada que hacer como también lo ha conoce Pedro Sánchez, amenaza con bloquear las cuentas si no se acaba con la Ley andaluza de Memoria Histórica. Antes de mayo, cuando acaben las auditorías, debe estar ya listo este trámite. En total, el consejero Juan Bravo deberá defender tres presupuestos en un solo ejercicio sin que haya ninguna pega por parte de sus socios de Gobierno. En el PP aguantan la respiración, saben que dependen de ellos, incluido Juan Bravo, que ha reconocido que tendrá que convencer a toda la Cámara y no sólo a VOX. Juan Marín, hombre eminentemente práctico, ha afeado el gesto a Abascal, pero con el mismo aplomo anuncia que no le importará pactar con el PSOE en las próximas municipales. Comenzará el juego de cromos sin pestañear, aunque a nivel nacional anuncien que Sánchez se queda solo por ir con esos compañeros de viaje. Ya se ha visto cómo Francisco de la Torre ve condicionada su gestión en Málaga.

Dónde estaba «El Cuco»

Después de diez años del asesinato de Marta del Castillo pone la piel de gallina que «El Cuco» y su familia vuelvan a ser juzgados por tratar de engañar al tribunal. Todo lo que desgraciadamente rodeó la muerte de la adolescente y el posterior proceso demostró cómo el sistema hace aguas cuando aún hoy no se ha podido descubrir qué sucedió aquella noche en el tristemente famoso piso de León XIII y qué pasó con el cuerpo de la víctima. El padre espera que una condena obligue a repetir el juicio contra los adultos para poder esclarecer uno de los sucesos más espinosos del arranque de este siglo en la Justicia española.