Emprendedores
La CHG calcula que el dragado no se acometerá hasta dentro de tres años
La obra del dragado de profundización del Guadalquivir no empezaría hasta dentro de tres años, una vez realizadas las actuaciones para modernizar el regadío del arroz y las medidas correctoras en los márgenes del río. Éste es el horizonte temporal que marcó ayer Manuel Romero, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), sobre el polémico proyecto que promueve el Puerto de Sevilla y que ha despertado las reticencias no sólo de los ecologistas, sino también de las propias administraciones. Estos trabajos previos, siempre que el Ministerio de Agricultura y la Junta den el visto bueno a la operación, dilatarían aún más los plazos, por lo que se perderían las ayudas europeas de que ya dispondría el proyecto en el actual marco. De hecho, la normativa comunitaria exige que estas tareas deberán estar terminadas en 2015 para empezar el dragado.
No obstante, ante la imposibilidad de que se dé este escenario, la Autoridad Portuaria podría acogerse a los fondos que se habilitarán en el periodo 2014-2020. «Todavía no se conocen el reglamento ni las condiciones de la convocatoria», subrayó Romero, quien subrayó que esta iniciativa la promueve el Puerto y es éste el que debe cumplir lo que exigen las administraciones.
La máxima preocupación de la CHG en este asunto es la preservación de los cultivos de arroz. Según Romero, el objetivo es que las plantaciones reciban agua a través del canal del Bajo Guadalquivir, por lo que habría que actuar sobre 60 kilómetros de canal y llegar así a más de 30.000 hectáreas. La inversión rondaría unos 180 millones de euros, una obra «costosa» que posibilitaría que los regantes no dependieran del río y también supondría un ahorro en la cuenca de más de 100 hectómetros cúbicos, el equivalente a la capacidad de un pantano. En cuanto a las medidas correctoras de los márgenes, sería una actuación «relativamente fácil», expuso Romero.
El presidente de la CHG recordó que el organismo ya se manifestó en contra del dragado durante el periodo de alegaciones, dado el aumento de la salinidad que provocaría la iniciativa. Sin embargo, matizó que, «si se cumplen los condicionantes de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y no se perjudica a los arroceros ni a Doñana, no nos opondríamos», subrayó.
En cuanto a otra obra de envergadura que sí promueve el organismo, las conducciones del pantano de Melonares, confió en que se conectará con el sistema de abastecimiento de Sevilla antes de que finalice el año.
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