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Andalucía

La conexión vasca

La conexión vasca
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El lunes que viene comienza en la sierra de Huelva el rodaje de «La trinchera infinita», protagonizada por el malagueño Antonio de la Torre y la sevillana, pero criada en Málaga, Belén Cuesta. Además del reparto y de su argumento (la historia de un «topo» oculto tras la Guerra Civil), el principal atractivo de esta película reside en que está codirigida por los vascos Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga, responsables de dos títulos muy bien tratados por la crítica y galardonados con numerosos premios, «Loreak» y «Handia». A pesar de la distancia, hay una destacada colaboración entre andaluces y vascos en el cine. El veterano productor Antonio Pérez produjo el último largometraje de Imanol Uribe, la fallida «Lejos del mar», rodada en bellos parajes de Almería y con el trasfondo del terrorismo etarra. El productor malagueño Dylan Moreno, que estrena en menos de un mes la muy divertida «El intercambio» con su paisano Pepón Nieto en estado de gracia, apoyó el ansiado regreso del vitoriano Juanma Bajo Ulloa en «Rey Gitano», que no figurará entre lo mejor de este realizador. Nada que ver con el excelente cortometraje «El tren de la bruja», con el algecireño Manolo Solo, siempre acertado, de protagonista absoluto. Al igual que los títulos precedentes, en la producción participaba un andaluz, Álvaro Alonso. También aparecen títulos muy destacados si se invierten los roles y son los andaluces los que dirigen con el apoyo de productores vascos. Es el caso del onubense Antonio Cuadri, que mantiene una estrecha relación profesional con el bilbaíno Joxe Portela, productor de varios de sus largometrajes, como «Eres mi héroe», «La buena voz» o, más recientemente, «Operación Concha». El sevillano Fernando Franco, autor de una de las mejores películas del año pasado, «Morir», y coproductor de sus dos largometrajes con su empresa Ferdydurke Films, contó en ambas con apoyo del País Vasco a través del productor donostiarra Koldo Zuazua, que resultó un pilar importante en los inicios del malagueño Ramón Salazar, del que aún se puede ver en la cartelera su último trabajo, «La enfermedad del domingo».

Esta fructífera relación entre andaluces y vascos fomenta que, por regla general, cuando el director es andaluz se ruede en el País Vasco, y a la inversa, cuando el cineasta es vasco se filme en Andalucía, como ocurrirá a partir de este lunes con «La trinchera infinita».