Amnistía fiscal
La Fundación DeSevilla presentaba «importantes deficiencias de control»
La cantidad defraudada en la etapa PSOE-IU asciende a 935.000 euros
Que la Fundación DeSevilla estaba recibiendo subvenciones sin justificar no sólo era una denuncia constante de los populares en la anterior etapa en la que PSOE e IU gobernaban en coalición el Ayuntamiento hispalense, sino también del Interventor municipal y de los auditores del organismo. Entonces, Carlos Vázquez –actual secretario general del Partido Comunista de Sevilla– era el vicepresidente de la entidad y Miguel López Adán el gerente. Ahora, la Policía Judicial ha encargado al juez de instrucción número 16 de Sevilla –que investiga la gestión del organismo– que revise sus cuentas dado lo abultado del dinero defraudado, que rondaría los 935.000 euros.
En concreto, el Interventor fue valorando negativamente la gestión porque «no se justificaban los fines para los que fueron concedidas las ayudas», tal y como señaló recientemente a la Guardia Civil. Por este motivo, se instó a aprobar en el Pleno una modificación presupuestaria de 1.500.000 euros, con la finalidad de «responder ante acreedores, proveedores y el propio Ayuntamiento para el reintegro de la subvención», puesto que tal cantidad «se justificaba o se tenía que devolver».
Por ello, responsabiliza directamente a los administradores de la fundación del desfase económico, «viéndose el Ayuntamiento en la obligación de responder ante los acreedores haciendo esa aportación extraordinaria, a la que se hubiera visto avocado cualquier Gobierno local independientemente de su signo político».
Las nuevas subvenciones, por tanto, no se denegaban por que las anteriores «se encontraban en periodo de ejecución, habitualmente por prórrogas o presentación de avales».
Más contundente se muestra el auditor, que desde el año 2008 venía manifestando «importantes deficiencias de control interno» en la fundación, por lo que no podía emitir una opinión profesional sobre las cuentas. En su declaración ante la Guardia Civil, se refiere a López Adán como «la persona que facilitaba todas las necesidades de información». Sin embargo, este responsable «no tenía la suficiente autonomía para hacer o deshacer nada sin conocimiento y el visto bueno de sus superiores, que este caso era Carlos Vázquez». En cuanto a la gestión interna de la entidad, el auditor manifiesta que «no se gestionaba adecuadamente» y que los sistemas de control «dejaban mucho que desear en su conjunto», sobre todo el aspecto contable. Si esta situación se hubiera dado en otra sociedad, «al año siguiente las personas que se encargaban de la gestión hubieran sido quitados de su cargo».
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