La política en su orín

Durante siglos los alquimistas intentaron transformar el vil metal en oro y, en el camino, inintencionadamente, fueron erigiendo ladrillo a ladrillo el edificio de la ciencia química. Con la política sucede algo similar. Los leguleyos han querido transmutar las sociedades en paraísos y, sin pretenderlo, han creado la ciencia política. El alquimista alemán Henning Brand dedicó su vida a encontrar la piedra filosofal hasta que resolvió el dilema. Se guardó un día de evacuar las aguas menores. Lo orinó todo tras 24 horas. Vertió en un recipiente el orín, que fue sometido a fuegos y disoluciones repetidas. Pero, en lugar de hallar el oro deseado, Brand se topó con el fósforo, la primera muestra en la historia del elemento químico en su estado puro. De tal descubrimiento cabe una enseñanza: para entonar un eureka no siempre basta la meada de todo un día. El alcalde del municipio sevillano de La Roda, Fidel Romero, resolvió el dilema de la anhelada igualdad con un hallazgo extraordinario, apto sólo para almas sensibles. Dimitió del cargo el jueves para que el pueblo tuviese, afirmó, una alcaldesa durante 24 horas. Y así lo hizo. Por decreto. El regidor, quien integró las listas de Izquierda Unida en las últimas elecciones municipales, añadió en una nota pública que «las mujeres tienen que tener el protagonismo que merecen, no sólo un día concreto». La ocurrencia ha sido celebrada. Porque el alcalde no pudo cederle en su momento a su teniente de alcalde el puesto al frente del Ayuntamiento, no ha podido hacerlo en los tres últimos años y, además, es incapaz de mantener el decreto no un día, el día, sino para el resto de la legislatura. No. Lo principal es el eslogan, no el fondo; la visibilidad, no lo real. El oro y los paraísos son el reclamo. Esta política huele a pipí.