Religion
Las cofradías de Sevilla aportarán a la Iglesia según sus ingresos
Las nuevas normas diocesanas para hermandades contemplan sanciones como el cese de un hermano durante cuatro años
Las nuevas normas diocesanas para hermandades contemplan sanciones como el cese de un hermano durante cuatro años.
El nuevo presidente del Consejo de Hermandades de Sevilla que salga elegido hoy en las urnas tendrá en su despacho, recién salidas del horno, las normas diocesanas para hermandades y cofradías, que vienen a actualizar las que estaban vigentes desde el año 1997. El arzobispo Juan José Asenjo firmó ayer el decreto por el que promulga este texto legislativo, que entrará en vigor el próximo 15 de agosto, al que se acogerán todas las hermandades de la archidiócesis. Unos colectivos que, en palabras de Asenjo, destacan por su «magnitud y vitalidad, configurando de manera peculiar nuestra realidad pastoral».
Una de las novedades más significativas del documento es la obligación de aportar anualmente al Fondo Común Diocesano una parte «proporcionada» a los ingresos de la hermandad, al objeto de «subvenir a las necesidades de la archidiócesis». Será el prelado el encargado de determinar la cantidad, «oídos el Consejo Diocesano de Asuntos Económicos y el Consejo Presbiterial». Hasta ahora, cada cofradía aportaba una cantidad diferente a las arcas del Arzobispado. Pero eran las menos, ya que la mayoría no ingresaba ninguna cantidad. El propio Asenjo se quejó en 2014 de que tan sólo el 8 por ciento de las cofradías, de las 555 de entonces, realizaban la correspondiente aportación.
Ese mismo porcentaje era el que correspondía a las que presentaban sus cuentas a la Iglesia, un extremo que ahora contemplan claramente las normas. En concreto, expresan que, una vez aprobado por el cabildo general el presupuesto de ingresos y gastos, éste «será presentado para su revisión al delegado episcopal para los Asuntos Jurídicos».
El texto, igualmente, recoge un detallado régimen sancionador, con multitud de supuestos que pueden desembocar en el cese temporal de un hermano o en la expulsión. En el caso del cese, tendrá una duración «no superior a los cuatro años» por diferentes causas: que su comportamiento público sea «motivo de mal ejemplo o escándalo», la falta de respeto y caridad hacia la Autoridad eclesiástica o los demás miembros de la hermandad, la asistencia «indecorosa» a algún acto, indisciplina tras la previa advertencia de la junta de gobierno el incumplimiento «reiterado» de lo acordado en el cabildo general o el incumplimiento de sus deberes como hermano.
Para que sea expulsado de la corporación se deberán dar otros supuestos más extremos, como el «rechazo público de la fe católica», la utilización «no autorizada de documentos de la hermandad» o el impago de cuotas «sin causa justificada», entre otras causas.
Las normas otorgan más facultades a los directores espirituales, encargados de «ejercer el ministerio sacerdotal en favor de la hermandad y los miembros de la misma». Entre otras atribuciones, puede «vetar acuerdos o actividades que atenten contra la fe, las costumbres y la disciplina eclesiástica». También podrá instar al hermano mayor para que «suspenda un cabildo total o parcialmente, o para que expulse a un miembro del mismo». De cara a los procesos electorales, tendrá que informar por escrito al delegado episcopal para los Asuntos Jurídicos «sobre la idoneidad de aquellos que pretenden ser candidatos».
En el caso de la adquisición de una nueva imagen destinada a la veneración pública, «se requerirá la aprobación escrita del vicario general, previos informes favorables del párroco, entre otros».
Sainz de la Maza y Esquivias, en liza
Los 123 hermanos mayores de las cofradías de la capital hispalense están llamados hoy a las urnas para elegir al nuevo presidente del Consejo. En liza, dos pesos pesados de las cofradías sevillanas: el abogado y ex hermano mayor del Gran Poder Enrique Esquivias y el presidente de Manos Unidas Joaquín Sainz de la Maza.
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