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Remontada con corazón y fútbol

Loren y Fekir firman con sus goles el primer triunfo liguero del Betis, contra el Leganés

Alfonso Pedraza con el Betis.
Alfonso Pedraza con el Betis.larazon

Loren y Fekir firman con sus goles el primer triunfo liguero del Betis, contra el Leganés

Tres puntos no parece mucha cosa pero son un tesoro para un Betis que se estrenó anoche en la Liga a la tercera jornada y después de tener que remontarle al Leganés, colista aún sin sumar pero adversario incómodo que le hará pasar una vida perra a muchos equipos con pedigrí.

Después de un cuarto de hora inicial de titubeo, en el que la presión alta del Leganés acogotó al Betis y llevó los primeros murmullos al Villamarín, Nabil Fekir agarró el timón para virar el rumbo del partido. El campeón absorbe muchísimo el balón pero destila tanta clase que dan ganas de que no se desprenda de él. A su ritmo, pausado, y apoyado en la enorme fotaleza de su tren inferior, él solo encerró al rival, aunque las dos grandes ocasiones del primer tiempo, sendos palos, salieron de la exquisita pierna derecha de Joaquín, una falta directa que lamió el poste y un córner primoroso que Mandi peinó a la cruceta.

Braithwaite, tras un rechazo corto de Joel Robles, adelantó al Leganés nada más empezar la segunda mitad pero Loren restableció la igualade enseguida con un gol de «9» puro, tras ganarle la posición a su par para remachar un centro de Emerson. Pese a haberse adelantado, el Leganés era arrollado por un Betis vigoroso que completaba la remontada mediante Fekir, en el punto exacto para culminar una jugada entre Joaquín y Canales. El portuense, con dos pases primorosos, era el origen de los dos goles béticos. Para variar.

Se había desbocado el duelo cuando lo que al Betis le interesaba en los últimos veinte minutos, era adormecerlo. Se intercambiaban golpes en los que el Betis amenazaba más pero no marcaba, y tampoco puede afirmarse que pareciese controlar las ofensivas de los madrileños, sobre todo en la estrategia. Joel Robles, así, sacaba de la escuadra un zambombazo de Arnáiz ya dentro de los diez minutos finales. También rozaba el empate Silva con una falta al borde del área. A un suspiro del noventa, Borja Iglesias golpeó el poste por dentro con un tiro pleno de calidad. Quedaba sólo el descuento, en el que el Leganés tuvo tiempo de malograr dos ocasiones muy claras, la segunda de las cuales fue otro paradón del portero local a Arnáiz. Mucho sufrimiento pero el botín, que es puro oxñigeno, lo merecía.