Exposición

Sevilla a través de las ondas

Una muestra repasa la historia de la emisora local de la Cadena Ser y su unión con la ciudad

Bata de cola que lució Rocío Jurado en su primera gala en el Maestranza
Bata de cola que lució Rocío Jurado en su primera gala en el Maestranzalarazon

Una muestra repasa la historia de la emisora local de la Cadena Ser y su unión con la ciudad

La Sevilla de 1929 que por primera vez empezaba a mirar al exterior gracias a la Exposición Iberoamericana, la ciudad provinciana del franquismo y la que rompió sus costuras y se modernizó con la Expo 92. Todas esas Sevillas tienen cabida en la exposición que recuerda los 90 años de historia de Radio Sevilla, de la Cadena Ser, abierta en la Casa de la Provincia hasta el próximo 10 de enero. Un recorrido a través de paneles, imágenes, sonidos y objetos de diferentes etapas que no solo dan cuenta de la dilatada trayectoria de la emisora, sino también de los profundos cambios sociales, políticos y económicos que han experimentado la ciudad, Andalucía y España a lo largo del siglo XX.

La muestra parte de los orígenes de la radio, concretamente de la necesidad de las metrópolis, a finales del siglo XIX, de comunicarse de una manera más rápida con las colonias. «La radio nace como arma», asegura el comisario de la exposición, el historiador Antonio Zoido, quien asegura que, tal y como ahora ocurre con internet, «los gobiernos no podían controlar las ondas», sobre todo cuando, tras las guerras mundiales, la radiodifusión empieza a traspasar fronteras y se convierte en un fenómeno universal.

En esa época, Antonio Castilla y Julio Cervera inventaban en España modos de transmisión que luego desembocaron en aparatos técnicamente más desarrollados. «Guillermo Marconi, más tarde, tiene una mentalidad más industrial», asegura Zoido. El italiano, Premio Nobel de Física en 1909, es considerado uno de los más destacados impulsores de la radiotransmisión a larga distancia.

Llegaron los años 20, una época en la que Sevilla «trepidaba con la Exposición Iberoamericana y podía convertirse en cabecera de la línea aérea que conectaba Europa con Buenos Aires». Entonces, varios grupos denominados «sinhilistas» se reunían en torno a un radioclub, germen de la actual Radio Sevilla, emisora que empezó a emitir antes que la de Barcelona, aunque la de la ciudad condal obtuvo la primera licencia oficial. «Luego, Ricardo Urgoiti funda Unión Radio y va comprando emisoras en diferentes ciudades de España», recuerda Zoido. Pero estalla la Guerra Civil y la radio es controlada por los sublevados. Queipo de Llano empieza a dar sus famosas charlas desde los micrófonos de Radio Sevilla. Según Zoido, «impartía moral a los suyos, a las clases más acomodadas, ya que eran las que tenían aparatos de radio en casa».

La emisora, durante el franquismo, no puede informar, así que se convierte en un bálsamo para los sevillanos gracias a los concursos, retransmisiones de obras de teatro y radionovelas. Es entonces cuando periodistas como Manuel Barrios participan en tertulias literarias y flamencas. A comienzos de los 70 llega como director Manuel Alonso Vicedo y es «cuando la emisora se moderniza y se hace más abierta», sostiene Zoido. A su muerte llegó un jovencísimo Iñaki Gabilondo, procedente de Radio Bilbao, «con ideas nuevas, posicionando a Radio Sevilla al lado de los nuevos movimientos como el Club Tartessos y grupos de música como Los Smash».

Radio Sevilla también ha sido testigo de las tradiciones de la ciudad, la eterna pugna entre el Betis y el Sevilla y los acontecimientos culturales. Es por ello que se incluye en la muestra la cruz de guía de la hermandad de la Macarena –el programa «Cruz de guía» es el decano de las ondas sevillanas–, dos trofeos Ciudad de Sevilla que ganaron ambos clubes, un capote de Curro Romero o la bata de cola que lució Rocío Jurado en su primera gala en el teatro de la Maestranza. Precisamente, la chipionera ganó en 1958 un concurso de la emisora con el que consiguió, aparte de darse a conocer, «unas medias de cristal y varios productos de limpieza».