Socialistas andaluces abogan por la regeneración

Reinicio, refundación, cambio... Son palabras que acompañaron a las siglas del PSOE en 2012. La etapa de gobierno zarandeada por la crisis de José Luis Rodríguez Zapatero dejó herido a un partido que no ha sabido o no ha querido curarse en unidad. Pese a elegir a un nuevo secretario general en febrero, Alfredo Pérez Rubalcaba, los sucesivos desencuentros con las urnas certificados el año pasado y los movimientos internos, más o menos visibles pero constantes, para zaherir al líder, no han contribuido al resurgir de la formación política.

En esa coyuntura, el PSOE-A, con su secretario general, José Antonio Griñán, a la cabeza, ha abogado por iniciar la reconquista nacional desde el Sur. Si bien, en la búsqueda de una legítima visibilidad y un papel preponderante, se han dado pasos para algunos «equivocados» que provocaron titulares sobre la supuesta intención de Griñán de sustituir a Rubalcaba al frente.

Sin embargo, el líder de la federación más numerosa ha negado que sus aspiraciones pasen por mover la silla a nadie y su reacción tras las elecciones catalanas fue más medida que la que protagonizó tras los comicios gallegos y vascos.

Con todo, escogió el día de Navidad para volver a agitar al partido. Apremió a Rubalcaba en la Ser a aclarar si se presentará a las Primarias, que Ferraz ha aplazado hasta meses antes de las generales de 2014, decisión apoyada por el propio Griñán. Fuentes socialistas susurran que el presidente andaluz «está rodeado de gente que le regala los oídos y le repite que el futuro del PSOE pasa necesariamente por él». Circunstancia que, deslizan, «podría llevarle a cometer errores tácticos». Y apuntan otra reflexión en forma de interrogante: «¿De verdad el Ejecutivo andaluz de coalición –PSOE-A e IULV-CA– ha puesto en práctica una forma diferente de gobernar, más allá de la crítica al enemigo común –el Gobierno central del PP–?».

¿No tienen capacidad los socialistas para salir del agujero? ¿Han de renovar su acerbo programático o a sus dirigentes? ¿Deben lavar su imagen y modificar sus formas de hacer política? Cuatros miembros del PSOE andaluz ajenos a este texto aportan algunas respuestas.