Política

Andalucía

Tiempo de sosos

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio / Foto: EP
La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio / Foto: EPlarazon

Ahora, cuando los furores del mercurio y las furiosas masas de visitantes del fin de semana han pasado, es el mejor momento para visitar los patios cordobeses, esa tradición ancestral de engalanar las casas de vecinos por mayo que revitalizó Julio Anguita en los primeros ochenta. Con un rigorismo casi soviético, el califa comunista dictó un estricto reglamento al que se acogen las comunidades de propietarios que convierten cualquier edificio de la ciudad en un atractivo turístico a cambio de unos cuantas exenciones fiscales y un puñado de ayudas para el mantenimiento de las fincas. En plena campaña para renovar las corporaciones que gobiernan los ayuntamientos, conviene recordar al mejor exponente del municipalismo andaluz desde la Transición, ahora que la izquierda se ha autoimpuesto en Córdoba el método Stanislavski para embarcarse en una comedia de enredo que puede mandarla a la oposición. Para empezar, Izquierda Unida y Podemos se empeñan en presentarse con listas separadas, lo que no sería un problema demasiado grave si la marca blanca de la segunda, con sus 18.000 votos y sus cuatro concejales decisivos, no hubiese sido expulsada de la lid por una candidatura fantasma, Ganemos Córdoba. Isabel Ambrosio, la alcaldesa socialista, se ha quedado muy sola al frente del bloque zurdo, que tiene complicado llegar a los quince concejales que le permitirían ser reelegida. En plena feria, la semana de los comicios tampoco es propicia para que el electorado se movilice masivamente, así que una derecha muy motivada por la necesidad de lavar la afrenta del 28 de abril puede recuperar la tercera capital, en tamaño, de Andalucía. A José María Bellido, un hombre gris al estilo de Juanma Moreno, puede beneficiarlo la carambola. Tal vez haya llegado el tiempo de los conservadores sosos.