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León

Enrique Reche rescata la belleza menuda de la vida a través de la naturaleza en dos exposiciones

El discípulo de Antonio López muestra sus últimas obras hiperrealistas en Zamora y León hasta el 19 de diciembre

El reconocido pintor vallisoletano ultimando una de sus obras en su estudio
El reconocido pintor vallisoletano ultimando una de sus obras en su estudiolarazon

El reconocido artista vallisoletano hiperrealista Enrique Reche rescata la belleza de la vida, a través de la desnudez y de lo sencillo en dos exposiciones, que se pueden ver hasta el próximo 19 de diciembre, en las prestigiosas galerías «Bernesga», de León; y «Ángel Almeida-Espacio 36», de Zamora.

Una vez más el pincel de Enrique Reche transmite la intensidad de la vida, ya que a través de una hogaza de pan o una calabaza muestra el palpitar y la vulnerabilidad de la existencia. Se trata de unos trabajos en los que no se puede mostrar más bellamente el desarraigo y la soledad y el desvanecimiento de todo.

Pero en esta ocasión con una novedad, la técnica utilizada es la acuarela, pero tratada de una forma distinta a lo que el amante del arte está acostumbrado, ya que parecen óleos, pero no lo son, y aportan esa visión tan personal, tan valiente y tan transgresora que tanto caracterizan al pintor vallisoletano.

En declaraciones a LA RAZÓN asegura que «el resultado final era lo que buscaba, ofrecer una visión personal de las acuarelas, que hasta que no te acercas no te das cuentan de que lo son».

Otra novedad es que unas 50 de obras coinciden en el tiempo en dos de las galerías más afamadas del panorama cultural nacional y castellano y leonés.

Al respecto, Reche confirma que es una «coincidencia», pero es algo que le, «apetece mucho, para saber como la gente puede responder a una experiencia totalmente novedosa».

Y es que, uno de los primeros nombres de la pintura hiperrealista de la España autonómica afirma que «el apoyo incondicional de los amantes del arte y de los profesionales me dan ese empuje necesario para no salirme del estudio».

En este sentido tiene un espacio especial la valoración de su maestro Antonio López, que al ver las acuarelas de Enrique Reche encontró semejanzas con las de Alberto Durero, «algo que me paralizó, que tuve que asimilar, por venir de quien venían estas hermosas e impactantes palabras -asegura el pintor-, pero que me llenan de orgullo e ilusión para seguir en esta tarea».