Castilla y León

Enrique Seco San Esteban levanta y da vida a las gentes y los pueblos zamoranos

El pintor y poeta Enrique Seco San Esteban expone a partir de hoy y hasta el 5 de noviembre en la galería de arte Espacio 36 de Zamora unos ochenta óleos que significan «un homenaje a la nostalgia, un espacio para el recuerdo». Seco San Esteban, que mantiene viva su creatividad y su inspiración, abrirá la exposición para mostrar «con colores la poesía que deja el Duero en Zamora», dijo.

«La adolescencia y buena parte de la juventud la viví muy vinculado al río Duero, en sus orillas, pescando, bañándome y viendo a las mujeres lavando la ropa, con las vistas increíbles de la Catedral y de la ciudad desde ese punto y de esa inspiración me he nutrido y lo sigo haciendo», precisaba.

Paisajes como el río como protagonista, con las diferentes perspectivas de Zamora desde la orilla sur, a la margen izquierda del Duero y los puentes son los principales motivos pictóricos de la mitad de la muestra. La otra parte se encuentra destinada «a la pintura rural, los bodegones, las imágenes del campo, de la vida pausada» que es la que el artista disfruta en Carrascal y a la que se siente «muy vinculado».

Todos los cuadros los ha realizado en los últimos dos años, después de que le concediesen el Premio de Castilla y León de las Artes 2010, que le fue otorgado un año después.

Seco San Esteban ha recordado que agradeció enormemente el premio, «pero que un día antes y un día después de tenerlo y así hasta hoy» seguía siendo el mismo hombre y «trabajando de la misma manera». El pintor zamorano ha reconocido que se siente «muy feliz y satisfecho» de poder tener este tipo de reconocimientos en vida, como vivir en una calle que lleva su nombre.

La faceta de la poesía se integra en la del pintor. Seco San Esteban habla con la agilidad del acostumbrado a las rimas, que empezó a publicar en 1988 y, dsde entonces, ha editado ya 14 poemarios.

Con una inspiración «compartida para las dos facetas del arte, lo que evoca el olor a aquella ropa lavada en el río, ese perfume inigualable, esa sensación inimitable que se mantiene y sigue estando viva» en la obra tanto poética como pictórica que realiza.

«Seguiré pintando para mí y para disfrutar y siempre que alguien quiera ver los cuadros se los enseñaré», concluye.