Castilla y León
Las Águedas de Castilla y León toman el mando en su tradicional fiesta
El municipio segoviano de Zamarramala ha sido declarado de Interés Turístico Nacional durante esta celebración, con un marcado protagonismo femenino y religioso.
Castilla y León es tierra de tradiciones. Por ello, la Fiesta de las Águedas no ha perdido fuelle y año tras año reúne a mujeres de todos los municipios para celebrar un día en el que ellas son las que mandan. Hoy, las Águedas de toda Castilla y León toman las calles en su popular fiesta.
Este festejo se celebra en honor de Santa Águeda, nacida en Sicilia y martirizada para que renegara de su fe cristiana. El culto a esta martir está muy extendido, siendo protectora de las mujeres embarazadas, lactantes y de la mujer en general.
Sin embargo, hay una localidad segoviana en la que el fervor por esta santa está más que arraigado. Se trata de Zamarramala, donde esta celebración, declarada de Interés Turístico Nacional, se repite año tras año desde 1227, aunque los vecinos del pueblo insisten en que «la importancia no reside en los siglos que lleva celebrándose, sino en la sensación de mantener una profunda y ancestral costumbre».
Los orígenes de la fiesta están relacionados con la reconquista del Alcázar de Segovia por los cristianos tras haber sido tomado por los musulmanes. Cuenta la leyenda que las mujeres zamarriegas tuvieron en esta hazaña mucho que ver, por lo que se les concedió el privilegio de mandar una vez al año.
Desde su declaración como fiesta de Interés Turístico Nacional, en Zamarramala se crearon distintos nombramientos y galardones que han mejorado la tradición y han sido copiados en mayor o menor medida por el resto de municipios de la Comunidad.
Las distinciones más habituales son las de las Alcaldesas, dos mujeres que se eligen año tras año para que presidan y protagonicen la fiesta. Sin embargo, también hay Agueredas Honorarias, que son aquellas mujeres a las que se les reconoce su implicación con esta fiesta.
Además, se creó el galardón de Matahombres, que lejos de lo que pudiera suponerse, se refiere al alfiler que se utiliza para sujetar parte del traje típico de zamarriega. Esta distinción se ofrece a quienes hayan realizado labores en favor de la mujer, por lo que este año el «Matahombres de Oro» recae en la periodistas Rosa María Calaf. Finalmente, el premio Ome Bueno e Leal se entrega a organismos que hayan trabajado por el municipio de forma directa, y este año sera para la Federación Nacional de Fibrosis Quística.
Hoy, los pueblos castellanos y leoneses verán desfilar a las Águedas, ataviadas con sus trajes tradicionales, en la procesión de su Santa. Asistirán a misa en su honor, bailarán jotas, reirán y mandarán solo ellas, a la espera del año próximo, para seguir manteniendo viva la tradición.
Pero ayer, como preámbulo ya se celebraban numerosos encuentros en la Comunidad, como en Medina de Risoeco donde tuvo lugar el XVI Encuentro Comarcal de Águedas que reunió a más de 300 mujeres de la comarca y al que asistió el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero. Allí, durante su intervención, Carnero recordó la importancia de la mujer rural y su participación «activa y dinamizadora en la vida política, social y económica de nuestros pueblos» y reivindicó su papel para garantizar la pervivencia del medio rural.
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