Deportivo
Las penurias del fútbol en Castilla y León hacen tambalearse a equipos históricos
El Real Valladolid, único en Primera, cuenta con una deuda de 73 millones
El mundo del fútbol también vive su peculiar vía crucis. Deudas millonarias, impagos de sueldos a los profesionales, recorte drásticos de las ayudas tanto de las administraciones como de los patrocinadores y, también, menos público en los estadios, aunque estos ingresos y a suponen una mínima cuantía dentro de los Presupuestos por temporada de cada club.
Empezando con el Real Valladolid, el único representante en la máxima categoría del fútbol nacional, nos encontramos que arrastra una deuda acumulada de unos 73 millones de euros y que se encuentra sumido en Ley Concursal. El ascenso este año a Primera división ha supuesto su salvación, de momento, ya que de ingresar cinco millones en la categoría de Plata, en la máxima los ingresos, la mayoría por televisión, suponen un aporte de 25 millones de euros, que le permitirán ir reduciendo deuda. Además, la buena temporada a nivel deportivo que está realizando hace que sean varios los clubes que hayan fijado los ojos en algunos de los miembros de la plantilla, como son los casos de Macucho, Ebert y Rukavina, que pueden aportar algún extra a las delicadas arcas del club.
Y mirando a la Segunda División, los tres clubes que la militan viven momentos de bonanza económica, aunque no para tirar cohetes. La Ponferradina, con su militancia en Segunda en las últimas temporadas ha reducido deuda, que es mínima, y a esto se le añade la mejor campaña de su historia en la Categoría de Plata, luchando incluso por entrar en las plazas de promoción de ascenso.
El Numancia está al corriente de pagos gracias a sus años pasados en Primera División y los ingresos que ello conllevaba. A pesar de ello, la confección de la plantilla sí que ha visto reducido una merma en su presupuesto. De momento, su trayectoria este año no está siendo todo lo buena que se preveía.
Por último, el Mirandés, que vive su primera participación en la Segunda División, cuenta con una economía saneada, gracias en mayor medida a una directiva que no gasta más de lo necesario y a los beneficios obtenidos la temporada pasada, «histórica», ya que además de conseguir el ascenso se llegó a las semifinales de la Copa del Rey dejando por el camino a varios Primera.
Bajando de categoría llegamos a la Segunda división B, donde esta año militan tan sólo tres equipos de la Comunidad, ya que la pasada temporada eran nueve. El Salamanca está viviendo un auténtico infierno. Una deuda galopante cercana a los 24 millones de euros que casi ha hecho desaparecer al club en estas últimas semanas, pero que se ha aferrado a su expresidente y empresario Juan José Hidalgo para llegar, al menos, hasta final de temporada.
Otro equipo de la provincia, el Guijuelo anunció, días antes de que se iniciara la competición, que no jugaría al no poder hacer frente a todos los gastos que conllevaba la temporada completa. La Denominación de Origen de la propia localidad les echó un cable y ahí siguen, en la lucha. Y el último en discordia, el Zamora sobrevive en una situación delicada, con escasos recursos y con pagos atrasados a los jugadores.
Otros dos clubes históricos, como el Burgos y la Cultural Leonesa, ambos en Tercera, han reducido deuda aunque deben purgar los excesos de las directivas en los próximos años.
El caso del Palencia
Un triste final para un club histórico. Después de descender a Tercera, el club, ahogado por los deudas y por la falta de apoyo económico se ha visto sumido a la desaparición. Ya en la memoria quedan los actos benéficos y apoyos de la afición por intentar resucitar a un muerto viviente. La agonía vivida en el último año ha acabado con jugadores y entrenador entrando y saliendo de las oficinas y con el cierre de La Balastera por orden de la administración concursal para no jugar partidos.
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