Sociedad

«Mil Encinas» abre el primer centro de terapias con animales de Castilla y León

La localidad burgalesa de Carcedo acoge este proyecto innovador que ayuda a personas con discapacidad, con enfermedades raras, con problemas de conducta, adiciones o depresión

«Mil Encinas» abre el primer centro de terapias con animales de Castilla y León
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Castilla y León cuenta ya con su primer Centro de Terapias con Animales, gracias al esfuerzo, dedicación y empeño de Pablo González y Sara Burgos. Dos profesionales que llevaban varios años trabajando en este tipo de tratamientos y que, con este proyecto innovador, han querido dar un paso hacía adelante en el apoyo y atención de los que más lo necesitan.

Así nació la Asociación «Mil Encinas», con sede en la localidad burgalesa de Carcedo, ubicado a poco más de ocho kilómetros de la capital en una paraje natural espectácular. En una parcela de 6.000 metros cuadrados, el Centro ofrece una atención individualizada tanto a niños como adultos, de la mano de un equipo «multidisciplinar», especializado en psicología, educación y el trabajo con animales con fines terapéuticos. Y todo ello sin recibir, por lo menos hasta el momento, ninguna ayuda de las administraciones.

Pablo González, en declaraciones a LA RAZÓN, también destaca que las instalaciones se completan con una sala de espera para familiares y educadores que acompañan a los usuarios, para hacerles más cómoda la estancia. También disponen de una sala de juegos para los hermanos, así como una aula para sesiones grupales, talleres coloquios y proyecciones; una oficina; las cuadras; una pista cubierta; y dos baños adaptados.

Asimismo, indica que la infraestructura está completamente «adaptada» a la veintena de usuarios, con los que cuentan en estos momentos, entre personas con discapacidad, con enfermedades raras, con problemas de conducta, adicciones o depresión, con edades comprendidas entre los dos años y medio y los 30.

Uno de los dos creadores de «Mil Encinas» afirma que son los usuarios los que marcan los objetivos que quieren conseguir, y los profesionales diseñan una estrategia en base al animal que mejor se puede adaptar a las necesidades de cada casa. Y es que, según resalta «no todos los animales valen para realizar las terapias».

Pablo González declara que en estos momentos trabajan con dos caballos -Rayito y Vilma-, dos perros -Pistón y Camilo- y la gata Zarza. «Si aunque la gente piense lo contrario, se puede trabajar con gatos para que los pacientes puedan perder el miedo a tocar a algunos animales», añade. En este sentido, reitera que «trabajar con un animal u otro no surge al azar, sino que se elige tras una primera entrevista con el paciente y la evaluación de su patología; en función de éstas se diseña el contenido de las sesiones, las formas de trabajar, los materiales y el animal más adecuado para estimular y motivar a cada usuario en esta superación de sus carencias, problemas y hasta la autoestima». Por ello, Pablo González subraya que trabajan tanto desde la óptica terapéutica como la de ocio, para que los usuarios también demuestren su cariño y respeto a los animales.

Pero en el Centro de «Mil Encinas» no sólo tienen cabida las terapias, también organiza rutas a caballos, paseos, fiestas de cumpleaños y pretenden abrirse a residencias de ancianos o asociaciones asistenciales para que se beneficien de este tipo de trabajos.

En los próximos días realizarán una jornada de puertas abiertas para darse a conocer a la sociedad.