Vacaciones
Miles de castellanos y leoneses regresan a casa por Navidad para reencontrarse con la familia
Al menos 173.000 viven en el extranjero y más de un millón en el resto del país, sobre todo en Madrid y Cataluña
Vuelven a casa por Navidad y para pasar las fiestas en familia. Los que están más cerca recorren unos pocos kilómetros, pero los miles que viven en el extranjero atraviesan países enteros y océanos para poder celebrar estos días con sus seres queridos.
Es el caso de Luisa Mejía. Zamorana de nacimiento vive desde hace diez años en Chile a donde se fue buscando aventura y un trabajo ligado a la naturaleza. Cuenta a LA RAZÓN que no todos los años puede regresar por el precio de los billetes de avión y del resto de medios de transporte que debe coger pero que cuando lo hace, como en esta ocasión, aprovecha y alarga su estancia hasta mediados de enero.
«No me importa pasar estos días allí, pero prefiero estar con mis padres y hermanos y visitar a la familia», asegura.
Menos distancia recorre Ana Redondo, bióloga vallisoletana que trabaja en un laboratorio en Munich (Alemania). Tras estudiar en la Universidad de Salamanca probó suerte en la Comunidad pero no consiguió un empleo que se adaptase a sus estudios ni tampoco en el resto de España. Se marchó al extranjero con una beca y tras siete años allí ya está «plenamente integrada» y habla alemán «con fluidez».
«En el fondo tengo suerte de estar en el mismo continente y poder salir por la mañana de mi casa en Munich y estar por la noche durmiendo en Valladolid», declara a este diario.
A ellas se suman también los casi 2.000 estudiantes Erasmus de Castilla y León que vuelven durante estas fechas para estar con sus familias y amigos.
Sin salir del país, el movimiento de castellanos y leoneses también es destacable. Solo en Cataluña viven más de 120.000 personas nacidas en la Comunidad y en Madrid, al menos 400.000.
Una de estas personas es el ponferradino Oliver Marcos. Ahora vive en Barcelona, donde estudia Arte Dramático. «Los alquileres están por las nubes, así que en cuanto termine intentaré volver a casa para quedarme, no solo para las celebraciones», afirma esperanzado y con proyectos teatrales ya a la vista.
«No le tengo miedo a emprender. Creo que puede ser una buena opción para poder trabajar en mi tierra y voy a intentarlo. He visto que hay ayudas para jóvenes como yo, así que una vez tenga todo en orden, me pondré en marcha», exclama.
También en la costa mediterránea habita Lara Rodríguez. Residente en el Hospital de La Paz de Valencia tendrá que hacer guardia el día de Navidad, pero el 27 cogerá un AVE hasta Madrid, y de allí a Valladolid para «al menos pasar Nochevieja y Año Nuevo con los míos», afirma.
«Me gustaría estar más tiempo, pero no está mal. Al menos puedo pasar algunas fiestas en casa antes de volver a irme», relata.
Sin embargo, preguntados por este periódico, hay un punto en el que todos coinciden a pesar de sus diferentes experiencias vitales y sus intereses: quieren más apoyo a los jóvenes. Ninguno tiene más de 40 años y todos hubieran preferido quedarse en la Comunidad.
«Se nos dan muchas opciones para estudiar, hay muchos grados diferentes para todos los gustos, pero los empleos que se nos ofrecen al terminar no se adecúan a ello», recalca Ana Redondo, quien sugiere «adaptar la formación a la realidad».
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