Nostalgia cultural

La Real Academia Española de la Lengua define espectáculo como «función o diversión pública celebrada que congrega a la gente para presenciarla». En cambio, define cultura como el «conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico».

En estos tiempos que corren, suelen confundirse ambos conceptos con demasiada ligereza y muchas veces, no por falta de interés. La cultura, desde los tiempos de la Grecia o la Roma clásica, fue la base de todo cuanto se edificaba; todo giraba en torno a ésta, del mismo modo que ocurrió en las nuevas sociedades que se abrían paso a través del tiempo. El espectáculo, por el contrario, era el «circo» que se usaba como distracción para mantener contenta a una plebe, a la que se trababa de abstraer de los verdaderos problemas. Hoy, entre el desasosiego de las circunstancias y algunos intereses por esclarecer, los acontecimientos vuelven a dar pie al pensamiento de que muchas veces, se intenta utilizar el «pan y circo» para distraer a la sociedad de los problemas que verdaderamente la atañen.

Decía el docto rector de la Universidad salmantina; filósofo y escritor, Don Miguel de Unamuno, que sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura da libertad... La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura». Por eso en vez de esperar a que sea desde las instituciones públicas, que muchas veces no parecen distinguir entre cultura y espectáculo, donde se fomente la cultura, ha de ser desde la propia sociedad y con nuestro esfuerzo donde hagamos de ésta, un elemento indispensable en nuestra vida.