«Ostern» lleva al Herreriano de Valladolid su audaz apuesta de luz y color en 66 relieves

Sorprende, espiritual, pero principalmente, indeterminada, que invita al recogimiento y a sentir y a vivir. Así se puede definir la nueva serie que el universal artista vallisoletano Jesús Martínez «Ostern» muestra, hasta el próximo 26 de agosto, en la Sala 0 del Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano de Valladolid.

Bajo el título de «Indeterminación» la exposición está constituida de 66 relieves realizados en cartón, esmalte y LED, tridemensionales blancos sobre fondo negro que se disponen a lo largo de 70 metros. Se trata de una audaz composición de luz y color, en el que las formas se encuentran iluminadas de modo cenital y nadir por colores que se desvanecen para crear múltiples contrastes en sus superficies.

Al respecto, «Ostern» explica, a LA RAZÓN, que «surgen así inesperados objetos a partir de planchas de cartón torsionadas que, en un momento dado, se autorganizan como relieves en los que la oposición de llenos y vacíos, concavidades y convexidades, de volumetría y hueco, se ofrecen con una riqueza inagotable comparable a la que presenta la naturaleza en la tectónica de placas o en la fragmentación de los hielos polares».

El proyecto, que surge de la inquietud y evolución que caracteriza el trabajo de «Ostern», está influenciado por su maestro en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, Agustín Ibarrola, que «trabajaba con cartones para mostrar las posibilidades infinitas de conectar lo positivo y lo negativo en su complejidad de ritmos y tensiones». Asimismo, señala que «conectado con el Equipo 57 desarrolló la teoría de la interactividad del espacio plástico concretada en un manifiesto en el que se estudia cómo la forma, el color, la línea y la masa pierden su independencia en favor del contexto».

La instalación se complementa con la música indeterminada del compositor Morton Feldman «Triadic memories y For Bunita Marcus», basada en la utilización intencionada del azar en la composición e interpretación.

Todo ello, según asegura el artista vallisoletano, «en un espacio que debe incitar a la meditación, al envolver al visitante con un friso continuo de elementos plásticos subrayados por los efectos de luz cambiante combinados con el sonido para que evoquen una comunión con las fuerzas continuas y discontínuas que incesantemente animan el universo».

En cuanto al visitante, «Ostern» afirma que espera que «se sorprenda y se conmueva», con el «fin de que se deje llevar y viva un auténtico momento de paz». Por ello, anima a vallisoletanos y turistas veraniegos a acercarse hasta el centro para disfrutar de «un momento de reposo y calma interior».

Además, indica que «es una gran satisfacción y una gran oportunidad poder mostrar mi obra en un lugar tan emblemático como es el Patio Herreriano de Valladolid, que se ha convertido en un referente español del arte contemporáneo».

Sobre el futuro, subraya que «está involucrado al cien por cien en ''Indeterminación''», pero todos los que conocen a «Ostern» saben que por su inquieta y lúcida cabeza ya pasan nuevas y sorprendentes obras artísticas y series.