Literatura

Instituto Cervantes

Recuperan el lenguaje rural de Delibes para acercarlos a los jóvenes

Alfonso León, con el autor Jorge Urdiales
Alfonso León, con el autor Jorge Urdialeslarazon

Coquina, escucar, pesnaga, tobiza, voltineta... Son algunas de las 326 palabras que ha encontrado el filólogo Jorge Urdiales en la obra escrita del autor universal Miguel Delibes y que no están registradas en el Diccionario de la Real Academia Española. Términos, la mayoría de ellos, gestados en la Castilla más profunda y que aún perviven entre sus habitantes, aunque algunos ya han quedado en desuso. El 'Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes», en una edición bien cuidada, gracias a la editorial Cinca y que distribuye 2.000 ejemplares al precio de diez euros,

recupera para las nuevas generaciones y nuevos públicos unos vocablos que están muy presentes en la obra del Premio Cervantes, un léxico rural muy popular y donde reflejaba perfectamente los modos de hablar, de hacer y de ser de los castellanos.

Y para recuperar estas palabras, el autor, Jorge Urdiales, se ha 'pateado' las zonas más visitadas por Miguel Delibes y que le sirvieron de fondo para sus obras, desde el Valle de Esgueva hasta el Valle de Duero. Fue un arduo trabajo de campo con más de cien entrevistas, entre las que destacaron dos: Terencio, natural de Sanllorente y Fernando, de Valbuena de Duero. Fueron un total de 300 las que recopiló el filólogo por su periplo vallisoletano, pero aún le quedaban unas cuantas por descubrir. Y dónde mejor que recabar las respuestas en el propio autor. Dicho y hecho. Y el propio Miguel Delibes respondía solícito a las demandas de Urdiales. Cada una de las cuarenta y cinco palabras consultadas tuvieron su respuesta precisa. «Todas ellas de su puño y letra», señala.

¿Y ahora qué? «Estas palabras no tienen por qué desaparecer», señala, aunque tiene claro que con su trabajo no busca «entorpecer» la labor de la RAE. Uno de los patronos de la Fundación Miguel Delibes, Artemio Domínguez, manifestaba que con la edición de este libro se da «una alegría para los que somos de pueblo, al recuperar el mundo rural, algo de lo nuestro.

Un homenaje más al castellano más universal aunque le falta el reconocimiento de una sede estable, como indicaba el director gerente de la Fundación Miguel Delibes, Alfonso León, quien confesaba que, hoy por hoy, no podemos hacerlo. No podemos dar el salto a la musealización al ser gastos inasumibles».