Castilla y León
Sanidad considera que el 30% de las pruebas radiológicas no son necesarias
El consejero Sáez Aguado afirma que la mayoría están relacionadas con lumbalgias y preoperatorios
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, calculó que el 30 por ciento de las pruebas por imagen de Radiología es innecesaria, sobre todo en lumbalgias y en los preoperatorios en los pacientes jóvenes y sanos. Un porcentaje que ya estimó la Sociedad Española de Radiología Médica cuando denunció las pruebas de imagen como escáneres prescindibles que se llevan a cabo en la especialidad.
«Sabemos que se han reducido esas pruebas innecesarias pero no lo tenemos cuantificado porque el carácter innecesario no se registra, lo que dificulta hacer comparaciones», añadió.
Sáez Aguado, quien inauguró en Valladolid la jornada de buenas prácticas sobre recomendaciones «No Hacer» en Sacyl, recordó que el 85 por ciento de los centros de salud de la Comunidad está adherido a este proyecto. Por lo tanto, ya trabajan en la aplicación de las recomendaciones.
Asimismo, el 65 por ciento de los servicios hospitalarios lo lleva a cabo. «Es muy difícil evaluar el impacto del proyecto, en términos cuantitativos, pero sabemos que, aproximadamente el 71 por ciento de los servicios hospitalarios ya ha evaluado la aplicación de esos consejos y en la mayor parte de los casos ha detectado efectos positivos, desde el punto de la seguridad de los pacientes y el ahorro en pruebas innecesarias», declaró.
El consejero precisó, además, que estas pruebas innecesarias se concentran, sobre todo, en las diagnósticas como Radiología y Laboratorio, además de que se ha mejorado, gracias a esta iniciativa en cuestiones organizativas, combinación de tratamientos farmacológicos y las pautas de seguimiento de los pacientes.
Escasa efectividad
La jornada celebrada por Sacyl sirvió para revisar, evaluar y reconocer la campaña que pretende disminuir la utilización de intervenciones sanitarias innecesarias, en la línea de las recomendaciones de numerosas sociedades científicas sobre las prácticas tanto diagnósticas como terapeúticas. Es decir, aquellas que no han demostrado eficacia, tiene una efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias.
Todo ello enmarcado, también, en la necesidad de fomentar una cultura de uso adecuado de los recursos sanitarios, sin olvidar la garantía de la mejor atención y mejorar la seguridad de los pacientes. «Cuando no aporta valor para la salud, es innecesario hacer determinadas intervenciones», aseveró.
Puso el ejemplo de la radiación y sus efectos secundarios, que los profesionales deben evitar y seguir las recomendaciones, así como no realizar pruebas relacionados con el antégeno prostático en pacientes asintomáticos o sin antecedentes familiares ni entre diabéticos.
El consejero reconoció que, por diversos motivos, los profesionales aún toman decisiones, indican pruebas, realizan tratamientos y actúan de manera «inadecuada» en relación al grado del conocimiento científico. «Puede ocurrir por inercia, porque son decisiones que se han tomado desde hace tiempo o por la falta de actualización», destacó.
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