Vinos ecológicos frente a la despoblación

La localidad vallisoletana de La Santa Espina, perteneciente al Ayuntamiento de Castromonte, acogía ayer una interesante jornada sobre nuevas tecnologías para jóvenes agricultores de la provincia. Un encuentro en el que se habló y mucho del auge que ha experimentado en los últimos años la agricultura ecológica, como un regreso a las raíces del cultivo en el campo, pero también y sobre todo de la vitivinicultura ecológica y su enorme potencial aún por explotar. Pero, también, de las grandes posibilidades de crecimiento que este sector puede abrir en el futuro y su importancia como solución a la despoblación que sufre el medio rural de Valladolid.

Lo decía el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, al inaugurar esta jornada, cuando animaba a los jóvenes agricultores de la provincia a apostar por el mundo del vino, pero, sobre todo, por que unan tecnología, ecológía y vitivinicultura en sus proyectos empresariales para que la economía crezca y ayude a repoblar nuestros pueblos.

Los participantes en la jornada coincidían también en señalar que los vinos ecológicos tienen muchas propiedades para poder llegar a ser vinos de alta calidad.Entre ellos se encontraban Vicente Abete, responsable de viticultura de Bodegas Emilio Moro, que bajo la marca La Felisa (DO Ribera del Duero) elabora un tinto ecológico con crianza; Silvia García, directora técnica de Concejo Bodegas, que elabora Burro Loco (DO Cigales) rosado que obtuvo en 2017 la Gran Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas, celebrado en Valladolid el pasado año; Richard Sanz, copropietario y fundador de Bodegas Menade (DO Rueda), y Antony Terryn, de Dominio del Bendito (DO Toro) que apuesta por la viticultura ecológica como única forma para elaborar grandes vinos.

Vuelta a los orígenes

«Las nuevas tecnologías nos brindan una oportunidad para lograr una agricultura sostenible, eficiente en el uso de los recursos naturales y a la hora de cultivar cada terreno en función de sus necesidades», destacaba Carnero, para quien la vitivinicultura ecológica «es una vuelta a los orígenes en el cultivo de las viñas». «Da un paso más en la viticultura integrada -continuaba- al eliminar el uso de insecticidas y herbicidas químicos, dejando descansar la tierra, considerando la viña como parte del paisaje y el vino como expresión de su ecosistema».

Jesús Julio Carnero aseguraba en su intervención que los jóvenes son el futuro de la provincia de Valladolid, y muy espepor quedarse en sus pueblos y por desarrollar allí su proyecto de vida en torno a la agroalimentación. «Este sector es clave en nuestra estructura productiva, no sólo por su aportación a la economía, sino también por lo que aporta de cohesión territorial y fijación de población rural», apuntaba Carnero.

El presidente de la Diputación de Valladolid destacaba también la capacidad de unir que tiene el mundo del vino. «Es, con las cinco Denominaciones de Origen que contemplan a esta provincia, el gran impulsor de la economía valllisoletana en la actualidad, tanto en lo que se refiere a la producción vitivinícola como por el recurso enoturístico que supone», decía, mientras auguraba un futuro inmediato «absolutamente atractivo y rentable» para este sector y, por ende, par el mundo rural.

Planes de formación en nuevas tecnologías

Estas jornadas se llevan celebrando tres años en el Centro Integrado de Formación Profesional y Capacitación Agraria de La Santa Espina con gran acogida. Su objetivo pasa por la aplicación de planes de formación en nuevas tecnologías para los profesionales de la agricultura, que faciliten la emancipación de los jóvenes, mejoren la calidad de vida de la juventud en el medio rural y favorezcan su desarrollo.