Cataluña

Aguirre plantea que la Delegación del Gobierno tutele la financiación

Lamenta que el Govern use fondos estatales para financiar seis cadenas de televisión y para abrir «embajadas», mientras su deuda sigue creciendo.

Esperanza Aguirre presentó su libro «Yo no me callo» en el Círculo Ecuestre.
Esperanza Aguirre presentó su libro «Yo no me callo» en el Círculo Ecuestre.larazon

Lamenta que el Govern use fondos estatales para financiar seis cadenas de televisión y para abrir «embajadas», mientras su deuda sigue creciendo.

La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, presentó ayer su libro «Yo no me callo», en un almuerzo–coloquio en el Círculo Ecuestre. Durante su discurso, propuso, entre otras ideas, que el Estado deje de financiar a la Generalitat y que sea la Delegación del Gobierno la que gestione los recursos estatales en Cataluña.

Aseguró que ella «pondría todo el dinero en la Delegación del Gobierno», para que sea este organismo el que transfiera los pagos corrientes a los funcionarios.

Según ella, «con los fondos del Gobierno de la nación se están pagando seis cadenas de televisión y abriendo embajadas», y añadió que la Generalitat tiene una deuda de 70.000 millones de euros que, a su juicio, sortea gracias a las transferencias del Gobierno».

«Le diría a Montoro, que no es precisamente amigo mío, que el dinero para pagar médicos, enfermeras, profesores, farmacias, funcionarios... Todo ese dinero lo pondría en la Delegación del Gobierno». Opinó que el dinero que el Estado transfiere a Cataluña «debe ser finalista para pagar cuestiones que la Generalitat debe afrontar».

También defendió que el Gobierno «no lo debe de estar haciendo tan mal cuando en Cataluña está bajando por primera vez el independentismo», y llamó a publicar con claridad las balanzas fiscales para desactivar el mensaje de «España nos roba».

Aguirre se preguntó también «qué ha pasado para que los catalanes, que fueron los españoles que votaron con más entusiasmo la Constitución quieran separarse». Eligió cinco motivos, uno de ellos la educación que «durante 36 años sólo ha ofrecido en escuelas e institutos la versión nacionalista de la historia», y, en segundo lugar, a los medios de comunicación públicos catalanes. Los otros son la simpatía que «ha tenido el PSOE hacia los nacionalistas catalanes, la poca transparencia en las balanzas fiscales, y que la derecha no haya sabido «ofrecer un proyecto liberal para hacer una Cataluña grande en una España grande».