El desafío independentista
Colau deja insatisfechos a todos
La alcaldesa cambia el lazo amarillo por un cartel, pero recibe las críticas de los constitucionalistas porque consideran que es una medida de «presión» a los jueces y de los independentistas, que exigen que añada «Libertad presos políticos»
La alcaldesa cambia el lazo amarillo por un cartel, pero recibe las críticas de los constitucionalistas porque consideran que es una medida de «presión» a los jueces y de los independentistas, que exigen que añada «Libertad presos políticos».
Parece que Ada Colau no ha tomado nota del fiasco electoral de su partido el 21-D y pretende seguir abonando la equidistancia que tan poco rédito le está dando en momentos de máxima polarización de la sociedad catalana. Prueba de ello es el guiño a medias a los independentistas con el despliegue de un lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona del jueves, que ayer cambió por un cartel algo más discreto con el mismo símbolo para reflejar su solidaridad con los políticos separatistas presos. Si bien, esta idea ha dejado insatisfechos tanto a las fuerzas constitucionalistas como rupturistas en el consistorio.
Tras el encarcelamiento de los líderes independentistas, Colau colgó un cartel en el que aparecía el lazo junto a la petición de «Libertad presos políticos», que tuvo que retirar por exigencia de la Junta Electoral Central durante la campaña. Si bien, la simbología repuesta no es la misma, y la nueva pancarta colocada, es de dimensiones más reducidas y no tiene la reclamación que había en la anterior, lo que ha enfurecido al PdeCAT, ERC y la CUP, que critican que los cambios se han producido sin producirse una consulta. En este sentido el líder de ERC, Alfred Bosch, exigió que una decisión de estas características se debería «hablar» y «tomar» como ocurrió en la primera ocasión, aunque valoró que se haya restaurado el lazo amarillo. En el mismo sentido se pronunció el líder del PdeCAT, Xavier Trias, a diferencia de la portavoz de la CUP, María José Lecha, que abogó por recuperar el primer cartel.
En el otro lado, el líder del PP, Alberto Fernández, leyó esta maniobra como un inequívoco favor al independentismo, ya que según él, Colau se pone al servicio» de los separatistas: «Sigue la estela de los estelados». «Convierte la casa gran en un casal independentista», añadió Alberto Fernández. Carina Mejías, la portavoz de C’s en el consistorio, consideró que esto «es una medida de presión a los jueces», lo que no debería ocurrir «en un pais que se debe respetar la independencia judicial». Según Mejías, con esta medida, Colau «oxigena a los independentistas» y desoye lo que los barceloneses manifestaron en las urnas en las elecciones catalanas, ya que ganó Cs en siete de los diez distritos.
Y es que este último mensaje debería inquietar al partido de Colau, ya que una fuerza de derechas como C’s les arrebató gran parte del electorado tradicionalmente de izquierdas en zonas obreras como Nou Barris y el antiguo cinturón rojo de Barcelona, donde ganó la formación naranja.
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