Colau paraliza la apertura de nuevos restaurantes y tiendas en Sants

La suspensión de licencias, a causa de un exceso de locales de concurrencia pública, durará todo un año.

«Se tiene la percepción de que en el entorno de la plaza Osca y la calle Riesgo la situación se esta desbordando». La concejal del distrito de Sants-Montjüic, Laura Pérez, se refería así ayer al malestar existente entre los vecinos, «hartos» del exceso de locales en la zona, sobre todo de aquellos dedicados a la restauración.

El triángulo afectado es el que comprende el paseo de Sant Antoni, la Avenida Tarragona y la calle Creu Cuberta, una zona conocida por sus frecuentadas terrazas y su animada vida nocturna. En aproximadamente 24 hectáreas, hay 19 establecimientos por cada 1.000 habitantes.

Para atajar la situación y evitar que este barrio, ahora de moda, no adquiera la problemática de otras zonas como Ciutat Vella, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha optado por una medida que suele tomar para ganar tiempo: Suspender la concesión de licencias. Lo hizo a principios de su mandato con la paralización de las licencias hoteleras y lo repetirá ahora con los permisos para nuevos establecimientos de concurrencia pública en esta zona tan saturada de Sants.

Con esta nueva suspensión se persigue, según explicó Pérez, hacer un diagnóstico de la situación junto con todos los agentes afectados, y averiguar qué ha pasado en los últimos tres años en esta barrio para que haya crecido tanto la utilización del espacio público, para después elaborar un plan de usos.

«Es necesario buscar el equilibrio entre las actividades económicas de carácter recreativo y las necesidades de los residentes», manifestó la concejal, que aclaró que la medida también se ha adoptado con el objetivo de «preservar la calidad urbana, la cohesión social y la sostenibilidad».

Lo cierto es que en el entorno la plaza Huesca, la densidad de bares y restaurantes está incluso por encima de la que se registra en otras zonas más turísticas como Gràcia y de Ciutat Vella. Teniendo en cuenta estos datos, dijo la concejala del distrito, «había una clara necesidad de suspensión de nuevas licencias», aunque aclaró que ésta no afectará a los permisos solicitados y no otorgados hasta la fecha, puesto que la medida entró en la Comisión de Gobierno el pasado jueves y empezó a ser efectiva en ese momento. «Se quiere evitar el fenómeno de sustitución de estos locales por otros que interfieren en más medida en la convivencia vecinal, por la problemática acústica y de convivencia en el espacio público», explicó el Ayuntamiento.

Lo cierto es que a la alcaldesa de Barcelona nunca le ha temblado el pulso para decretar paralizaciones en la actividad económica de la ciudad, a pesar de las grandes pérdidas que éstas han comportado. Su decisión de suspender, por ejemplo, las nuevas licencias a los hoteles, el de más envergadura fue el Deustche Bank, ha provocado una pérdida de cerca de 3.000 millones de euros de inversión y unos 10.000 puestos de trabajo.