Investigación científica

Descubierta una proteína que ayuda a las células tumorales del cáncer de mama a sobrevivir

Descubierta una proteína que ayuda a las células tumorales del cáncer de mama a sobrevivir
Descubierta una proteína que ayuda a las células tumorales del cáncer de mama a sobrevivirlarazon

Investigadores del IRB Barcelona identifican la p38 que evita la muerte de las células cancerígenas. Bloqueándola reducen los tumores.

Se llama p38alfa. Es una proteína. Y actúa como un soldado que protege a las células tumorales en un cáncer de mama. Les ayuda a esquivar su muerte con una reparación “in extremis” de su ADN. Como en toda guerra, en la batalla contra el cáncer, hay buenos y malos. Y esta proteína, que está en el bando equivocado, acaba de ser descubierta por el equipo de los buenos, el que lidera el investigador ICREA del Instituto de Investigación Biomédica (IRB), Ángel R. Nebreda. En vez de una paloma mensajera, como utilizaba el Vaticano para comunicarse con sus ejércitos durante la guerra santa, en el siglo XXI, la noticia acaba de ser publicada por la revista Cancer Cell. Haber idenfiticado al soldado p38 es un paso importante en la lucha contra el cáncer de mama, pues conocer al detalle los mecanismos que contribuyen a sobrevivir a las células tumorales ayuda a desarmarlas.

La p38 se activa para reparar el ADN de las células cancerígenas, que pueden acumular un exceso de errores y mutaciones en su ADN y acaban muriendo. Tal y como cuenta Nebreda, «las células tumorales tienden a acumular daño en su ADN, pero algunas acumulan más daño que otras y hemos visto que esas son las que más dependen de la acción de la p38». Los investigadores utilizaron una diana terapéutica con nueve tumores de pacientes crecidos en ratones. Probaron fármacos inhibidores de la p38 para bloquear su acción en células cancerígenas. Y comprobaron que la quimioterapia clásica era más efectiva tras esta terapia en siete de ellos.

En la quimioterapia clásica, se combinan unos medicamentos llamados taxanos. Con esta terapia combinada, las células tumorales acumulan más daño en su ADN, muchas mueren. De esta manera, el equipo científico consiguió reducir considerablemente la masa tumoral. «Los taxanos impiden la división celular dañando los cromosomas y generando inestabildiad cromosómica», explica Begoña Cánovas, estudiante de dotorado de La Caixa y primera autora del artículo junto a Ana Igea, investigadora postdoctoral y Alumni del IRB Barcelona en la Universidad de Vigo. «Como intuíamos, dado que la p38 actúa frenando el daño a los cromosomas, al inhabilitarla, las células tumorales se quedan sin protección y la quimioterapia es más eficaz».

Además, los investigadores creen haber descubierto por qué dos de los nueve tumores analizados no responden a la terapia combinada. Este hallazgo permite distinguir a las pacientes que pueden beneficiarse de este tratamiento de las que no. En resumidas cuentas, la eficiencia del tratamiento depende del grado de inestabilidad cromosómica de las células tumorales, a más inestabilidad, mejor funciona la terapia.

Pero el resultado de este estudio, que se ha podido hacer gracias a las ayudas del Consejo Europeo de Investigación, sólo es un paso en una carrera de 100 metros lisos. Por ahora, la terapia sólo se ha probado con ratones, para seguir avanzando y probar el tratamiento con personas enfermas, «necesitamos confirmar los resultados con un mayor número de tumores de pacientes», avisa Nebreda. Por eso, anima a la comunidad científica a hacer los estudios correspondientes y a la industria farmacéutica a financiar ensayos clínicos para comprobar la eficiencia del tratamiento combinado en pacientes reales.

El cáncer de mama sigue siendo el tumor que mata a más mujeres en el mundo, 521.000 muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El año pasado, en España, 6.213 mujeres fallecieron por cáncer de mama.

Los tumores más comunes son el ER (receptor de estrógeno positivo), el HER2 positivo y el triple negativo. Mientras que en los dos primeros existen terapias dirigidas, el tercero, que afecta a un 15% de las mujeres enfermas, sólo se trata con quimioterapia genérica. Para estas mujeres, el descubrimiento de la p38 abre una puerta para mejorar su tratamiento.