El desafío independentista
El Cidob constata que la independencia sumiría a Cataluña en la incertidumbre
Considera que el «statu quo» es insostenible, pero advierte que la secesión exige sacrificios
El Centro de Información y Documentación Internacional en Barcelona (CIDOB), considerado el mejor laboratorio de ideas de España, junto al Centro de Políticas Europeas (CEPS), presentó ayer un informe en Bruselas que alerta de que la independencia a corto plazo y más si no es pactada, como pretenden Artur Mas y Oriol Junqueras, sumirá a Cataluña en la incertidumbre.
El informe, «Escenarios de desarrollo macroeconómico para una Cataluña en el horizonte 2030», que forma parte del estudio sobre procesos de secesión que investiga el CIDOB, exige a los catalanes un voto de confianza en el proyecto de Mas y su lista unitaria. Porque si bien la economía en una Cataluña independiente crecería una media de un 3,27 por ciento más que con el «statu quo» actual entre 2015 y 2030, el primer año de independencia, Cataluña sufriría. La economía crecería un 0,85 menos. Se contempla una subida de los intereses de mercado y de la prima de riesgo. Aunque lo más preocupante es no tener la certeza de que Cataluña siga dentro de la Unión Europea (UE).
En un escenario de ruptura unilateral, hacia el que se dirigen Mas y Junqueras, se prevé el derecho de veto de Madrid en las instituciones europeas. Los autores no se mojan, contemplan desde un proceso de «puertas giratorias», hasta otro «largo y farragoso», que podría acabar con Europa forzando a Cataluña y España a llegar a un acuerdo.
El estudio prevé tres escenarios, mantener el Estado de las Autonomías, la independencia pactada y la ruptura unilateral. El peor es seguir con el «statu quo». Avisa de que es «insostenible» a largo plazo porque el déficit fiscal, que cifra en una media del 8 por ciento del PIB, provoca una asfixia económica y financiera.
Por contra, el mejor escenario sería una secesión «suave» y «pactada» con el Estado. Tras un periodo de incertidumbre, la economía subiría un 2,5 por ciento en 2018 y hasta el 4,32 por ciento en 2030. En los próximos quince años, el crecimiento del PIB se traduciría en un aumento de más de 110.000 millones, mientras que la tasa del paro sería de 3,1 puntos porcentuales más baja que con el modelo vigente. Los salarios crecerían un 7,4 por ciento quince años después de la independencia.
Con una declaración unilateral, los datos no son tan optimistas. El crecimiento económico sería más lento, aunque los autores del informe creen que Cataluña podría salir ganando pasados cuatro o cinco años. En quince años, la previsión es de un incremento del PIB de 67.000 millones.
Minimizando las advertencias sobre la incertidumbre que genera en los mercados la independencia, ERC y CDC, presentaron junto al CIDOB y al CEPS el informe ante la UE. Los eurodiputados Ramon Tremosa (CDC), Ernest Maragall (ERC Necat) y Josep Maria Terricabres (ERC) destacaron que «sea como sea la independencia, pactada o unilateral, se demuestra de forma empírica y rigurosa que Cataluña saldría beneficiada económicamente».
El informe no explora ningún escenario de acuerdo sobre un nuevo pacto fiscal o una reforma constitucional que encamine a España hacia un estado federal, como defiende el PSC, o un estado confederal, como prodiga Josep Antoni Duran Lleida.
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