Educación
El fracaso escolar de los hijos de inmigrantes dobla al de los autóctonos
El 10% de los alumnos con padres españoles no supera la ESO, esta cifra asciende al 17% con alumnos nacidos en Cataluña de padres extranjeros y al 29% cuando el alumno llega a Cataluña con más de 7 años
El 10% de los alumnos con padres españoles no supera la ESO, esta cifra asciende al 17% con alumnos nacidos en Cataluña de padres extranjeros y al 29% cuando el alumno llega a Cataluña con más de 7 años
Oussama Latí es uno de los alumnos más brillantes del IES La Plana, un instituto de alta complejidad de Vic donde el 80% de los chavales es inmigrante. El verano pasado estuvo en el Massachussets Institute of Technology (MIT) con una beca que premia a los estudiantes que demuestran que a través de su trabajo «pueden jugar un papel crucial en el progreso social». «En un instituto donde el reto es llegar a bachillerato, Oussama es un ejemplo para chicos que han nacido aquí y se desaniman después de ver que sus hermanos tienen problemas para encontrar un trabajo pese a haber estudiado», cuenta Laia Figuerola, tutora de 2º de ESO y profesora de Visual y Plástica.
En su clase, el pasado curso, tenía un 40% de alumnos magrebíes, un 30% de subsaharianos, rumanos, polacos y chinos, principalmente, otro 30% de catalanes y mucho trabajo. Porque como advierte un estudio que ayer hizo público la Universidad Autónoma de Barcelona, el fracaso escolar entre los hijos de inmigrantes casi duplica al de sus compañeros de familias españolas. Mientras que en Cataluña, la media del alumnado autóctono que no logra la ESO es del 10,3%, entre los alumnos de segunda generación, este porcentaje asciende al 17,3%, y entre los alumnos nacidos en el extranjero y que llegaron a Cataluña con siete años o más, la tasa de fracaso escolar se dispara al 29,2%.
Sólo el nombre del informe publicado por la revista «Perspectivas Demográficas» ya es un revés para el Departamento de Ensenyament, «El fracaso escolar de los decendientes de la inmigración en Cataluña: Una asignatura pendiente». Los investigadores, Jordi Bayona y Andreu Domingo, han cruzado datos de Ensenyament, el Idescat y el Registro Estadístico de Población para estudiar el rendimiento escolar de los alumnos de 4º de ESO del curso 2015-16. Y tras un exhaustivo análisis advierten de que la distancia entre los resultados de los alumnos inmigrantes –de primera y segunda generación– y los alumnos autóctonos es «insostenible». Requieren una actuación urgente para frenar lo que consideran como «una intolerable racialización del fracaso escolar» e insisten en que «la integración de estos jóvenes debe de ser uno de los objetivos prioritarios para la construcción de la cohesión social». Del éxito o fracaso de los descendientes de los inmigrantes constituye depende el éxito o fracaso de nuestra sociedad en el futuro. Bayona señala además que las escuelas publicas concentran un 30% de alumnado extranjero y que su representación va en aumento, pues su tasa de natalidad es mayor que la media española.
El nivel educativo de los padres es un factor clave. Una de las propuestas es ofrecer formación a las familias para que puedan ayudar a sus hijos. El origen de los padres influye. El fracaso es menor entre familias de origen europeo (11,3%) y americano (15,5%). La condición socioeconómica de los primeros y el idioma justificaría unas mejores notas. Entre asiáticos la media es del 17,8%, pero hay disparidad entre los hijos de padres chinos (13,6%) o pakistaníes (35%). Los que suman mayor fracaso escolar son los los hijos de familias procedentes de África, un 19,2%. Preocupa el 15,9% de fracaso escolar de los marroquís porque es el alumnado más numeroso, son más de 50.000 niños. Y el 54% de los alumnos gambianos varones. Los chicos fracasan más que las chicas, un 21,2% de los hijos de inmigrantes frente a un 12,2% de las hijas.
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