Caso Palau
El hotel del lujo del Palau pone por primera vez a Millet en el banquillo
Por primera vez, y después de casi cinco años desde que se descubriera el millonario expolio de las cuentas del Palau de la Música, que asciende de momento a 35 millones, el ex presidente de la entidad Fèlix Millet se sentará hoy en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona. Sin embargo, aún no será juzgado, junto a su mano derecha Jordi Montull, no por este desfalco, sino por presunta apropiación indebida, tráfico de influencias, falsedad documental y prevaricación en el caso del hotel de lujo que proyectaron junto a la entidad y con una supuesta connivencia de la entonces cúpula de Urbanismo del Ayuntamiento, que tiene a cuatro imputados en esta causa. Ambos se enfrentan a diez años de cárcel.
Juicio sin fecha
El juicio por esta causa se alargará hasta el próximo mes, y comenzará hoy con las declaraciones de Millet y Montull. La vista oral por el millonario desfalco, cuya instrucción no ha finalizado, aún no tiene fecha. En el caso del hotel de lujo también están imputados el ex teniente de alcalde del Ayuntamiento Ramon García–Bragado, y el arquitecto del proyecto Carles Díaz. Para ambos el fiscal pide cuatro años y medio de cárcel, y están citados para declarar mañana.
Otros imputados son el entonces gerente de la concejalía de Urbanismo, Ramon Massaguer, y el ex director jurídico de Urbanismo del Consistorio, Enric Lambies. Declararán el miércoles y la Fiscalía pide para ellos exactamente la misma pena que para García–Bragado y Díaz.
Sostiene el Ministerio Público que Millet y Montull aprovecharon «de manera especial e intensa el prestigio, el reconocimiento y la estimación que tenía la Fundació Orfeó–Palau de la Música Catalana para conseguir que la Generalitat y el Ayuntamiento colaborasen con la operación urbanística firmando convenios, informes, agilizando trámites y dictando diversas revoluciones».
Siempre según la Fiscalía, Millet y Montull compraron en 2003 inmuebles cercanos al Palau, propiedad del Institut de Germans de les Escoles Cristianes, aunque «sabían perfectamente», gracias al asesoramiento de Díaz, que la calificación del Plan General Metropolitano (PGM) no permitía construir el hotel que querían, pues era solo para equipamientos educativos.
Asegura el fiscal que Millet y Montull aprovecharon su «relación de confianza y amistad» con García–Bragado y Massaguer, para conseguir a finales de 2004 un cambio de calificación urbanística en cuya redacción trabajaron junto a Díaz. Los cinco acordaron que se ocultase en el convenio la intención lucrativa, según el fiscal.
Pago en metálico
Una vez firmado el acuerdo, Millet y Montull abrieron un concurso privado para buscar a una empresa concesionaria, eligiendo a Olivia Hotels, del que era administrador Manuel Valderrama, y que acordaron que además de los quince millones del valor de los solares, le pagase 900.000 euros en metálico. Valderrama, que declarará como testigo, «desconocía el verdadero propósito de lucro que buscaban Millet y Montull» con esta operación.
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