El desafío independentista

El independentismo veta la investigación sobre el espionaje a políticos y periodistas

JxCat, Esquerra y la CUP usan su mayoría y frenan a última hora la comisión impulsada por el resto de partidos

La portavoz de JxCat, Elsa Artadi, durante la sesión plenaria del Parlament, celebrada ayer / Efe
La portavoz de JxCat, Elsa Artadi, durante la sesión plenaria del Parlament, celebrada ayer / Efelarazon

JxCat, Esquerra y la CUP usan su mayoría y frenan a última hora la comisión impulsada por el resto de partidos.

A la espera de que hoy se apruebe la controvertida reforma de la ley de presidencia para abrir la puerta a una investidura a distancia de Carles Puigdemont, el pleno de ayer en el Parlament arrancó con bronca después de que el independentismo vetara por sorpresa la comisión de investigación sobre el supuesto espionaje a periodistas y políticos por parte de la Generalitat. Un movimiento de última hora de JxCat, Esquerra y la CUP que encendió a toda la oposición.

Este punto estaba en el orden del día del pleno, por lo que los independentistas tuvieron que hacer valer la mayoría que suman en la junta de portavoces para rechazarlo, una escena que se repitió luego en el hemiciclo.

«Se ha suprimido la propuesta por motivos políticos, hay cosas que molestan, como hacer una comisión de investigación sobre el espionaje contra políticos y periodistas», criticó airado el diputado de Cs, Carlos Carrizosa. La petición de ahondar en este asunto por la vía parlamentaria nace de la revelación de un informe de la Policía Nacional remitido a la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, en el que concluye que algunas unidades de los Mossos controlaban a políticos de PP, Cs, PSC y PDeCAT, además de periodistas, abogados y dirigentes sindicales. Cabe recordar que la Policía Nacional evitó que los Mossos destruyeran el pasado 26 de octubre numerosa documentación que llevaban a una incineradora.

El objetivo de la comisión debía ser precisamente investigar «los casos concretos en que políticos, sindicalistas, periodistas y otros cuerpos de seguridad e información del Estado que fueron sometidos a espionaje político», así como a «establecer la identidad de las personas responsables» de estos espionajes.

La propuesta contemplaba la comparecencia de los consellers de Interior, los directores y comisarios mayores de los Mossos, los directores del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalitat (CTTI) y los directores del Centro de Seguridad de la Información de Cataluña (CESICAT) entre los años 2011 y 2017.

Para explicar el veto a esta comisión de investigación, el bloque independentista argumentó que se había acordado previamente que cada grupo llevaría solo una propuesta de resolución al pleno. «No se escandalicen, porque habrá más plenos para constituirla», advirtió la diputada de la CUP, Natàlia Sànchez.

De hecho, el debate no estuvo exento de polémica y el cruce de reproches fue constante entre ambos bloques. El diputado del PP, Alejandro Fernández, tildó el veto de «ataque gravísimo a la democracia» que, a su juicio, «sienta un precedente muy grave». «¿A quién le da miedo la transparencia y que este Parlamento tenga paredes de cristal?», lanzó la portavoz de los comunes, Elisenda Alamany, en un mensaje velado a la CUP.


En el centro de todas las miradas y de algunas críticas

Elsa Artadi acaparó foco ayer en el Parlament después de que su nombre lidere todas las quinielas para presidir la Generalitat. Sin embargo, la «número diez» de JxCat también fue objeto de algunas críticas cuando el pleno debatió la moratoria para exigir el nivel B2 a los universitarios. «En sus filas están las personas que perpetraron los peores recortes», denunció el líder de los comunes, Xavier Domènech, quien señaló directamente a Artadi por su trabajo junto a Andreu Mas-Colell en Universitats. .