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Ni cada dos años ni cada seis meses: cada cuánto se debe cambiar el móvil y por qué

Entre los principales motivos de sustitución destacan el mal funcionamiento, la caída del rendimiento de la batería, los daños físicos y la atracción por las novedades tecnológicas

Ni cada dos años ni cada seis meses: cada cuánto se debe cambiar el móvil y por qué
Ni cada dos años ni cada seis meses: cada cuánto se debe cambiar el móvil y por quéPixabay

En una sociedad marcada por el consumo inmediato y las constantes innovaciones tecnológicas, los teléfonos móviles se han convertido en uno de los objetos más rápidamente reemplazados. No es extraño ver cómo muchos usuarios cambian de dispositivo cada dos años, motivados por la búsqueda del último modelo, la promesa de un mejor rendimiento o simplemente por el desgaste del dispositivo anterior.

La empresa Certideal, especializada en la comercialización de smartphones reacondicionados, ha analizado esta tendencia y propone un enfoque distinto: dar una segunda vida a los móviles y estirar su uso más allá de los cinco años. Su investigación revela no solo las causas más comunes del reemplazo prematuro, sino también prácticas cotidianas que sin saberlo aceleran el deterioro de nuestros dispositivos.

Entre los principales motivos de sustitución destacan el mal funcionamiento, la caída del rendimiento de la batería, los daños físicos y la atracción por las novedades tecnológicas. Pero lo cierto es que muchos de estos problemas se podrían evitar si adoptamos ciertos cuidados básicos.

Uno de los errores más extendidos es el uso de cargadores genéricos o no certificados, que pueden provocar sobrecargas eléctricas y reducir significativamente la capacidad de la batería. Otro hábito perjudicial es dejar que el móvil se apague por completo antes de volver a cargarlo, lo que castiga innecesariamente las celdas de litio y acorta su vida útil.

Frente a esta realidad, Certideal sugiere adoptar un enfoque más sostenible y consciente. Realizar pequeñas reparaciones, como sustituir una batería envejecida o cambiar una pantalla dañada, puede devolver al teléfono gran parte de su funcionalidad original. Además, mantener el sistema operativo actualizado y eliminar aplicaciones innecesarias ayuda a mejorar el rendimiento y la fluidez del dispositivo.

También se recomienda proteger el dispositivo físicamente mediante fundas resistentes y protectores de pantalla, así como utilizar cargadores de calidad y evitar que el nivel de batería caiga por debajo del 20% con frecuencia.

Más allá del ahorro económico que supone prolongar la vida útil de nuestros móviles, esta práctica tiene un importante impacto medioambiental. La producción y el desecho masivo de teléfonos generan toneladas de residuos electrónicos difíciles de reciclar.