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La crisis climática calienta un 20% más rápido el Mediterráneo que el resto de La Tierra

El primer informe científico de la Unión por el Mediterráneo advierte de que el hambre, las sequías, la falta de agua dulce y el aumento del nivel del mar incrementarán las migraciones y conflictos.

Mar Mediterráneo
Mar Mediterráneolarazon

El primer informe científico de la Unión por el Mediterráneo advierte de que el hambre, las sequías, la falta de agua dulce y el aumento del nivel del mar incrementarán las migraciones y conflictos.

Con el conflicto de Siria reanimado, después de que Turquía lanzara una ofensiva en el norte del país contra las fuerzas kurdas, y el drama de los refugiados que cruzan y fallecen en el Mar Mediterráneo elevado a tragedia de telón de fondo, los ministros de Asuntos Exteriores de los estados miembros de la Unión por el Mediterráneo (UpM) se reúnen hoy en Barcelona. Y lo hacen con deberes serios encima de la mesa. Quince días después de que Naciones Unidas (ONU) pidiera a los países un esfuerzo para ser más ambiciosos contra el cambio climático, la cuarta edición del Foro Regional de la UpM presentó otro estudio demoledor.

El primer informe científico sobre el impacto del cambio climático y medioambiental en la región mediterránea ha tardado en llegar. La misma UpM admite que la falta de información precisa sobre los efectos del cambio climático en el mediterráneo han retrasado las políticas para hacer frente a este desafío. “Nunca antes se había hecho un estudio tan preciso sobre la región mediterránea, hasta ahora, cada país presentaba sus informes”, constata Nasser Kamel, secretario general de la UpM.

El estudio, en el que han trabajado durante cuatro años 85 científicos de los 20 países de la red mediterránea de expertos en el cambio climático y medioambiental (MedECC), alerta de que el Mediterráneo se está calentando un 20% más rápido que la media global. Desde la época preindustrial, la temperatura ha subido 1,4 grados. El compromiso de los países firmantes de Acuerdo de París era que la temperatura no subiera más de dos grados este siglo. Pero en la Cumbre del Clima, Naciones Unidas ya alertó de que para cumplirlo es necesario que los esfuerzos de los países aumenten entre tres y cinco veces.

Con las políticas actuales y sin medidas adicionales, la temperatura regional aumentará 2,2 grados en 2040, esto es en sólo veinte años. Y a finales de siglo, en algunas zonas la temperatura podría llega a subir 3,8 grados. Una barbaridad, porque “cada grado que aumenta tiene consecuencias devastadoras”, alerta Wolfrang Cramer, coordinador del grupo de 85 científicos y director científico del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología. “La vida tal y como la conocemos ahora está amenazada, porque un aumento de dos grados generará unas condiciones para los ecosistemas marinos y terrestres que no se han producido en los últimos 10.000 años y la pregunta es si estamos a tiempo de tomar medidas para atenuar las consecuencias de este cambio climático”, avisó.

Lo cierto es que no hay que esperar veinte años para ver los efectos del aumento de las temperaturas. Las consecuencias del calentamiento en esta región ya golpea a sus vecinos. La gota fría, que azotó el levante español a finales de verano dejó seis fallecidos y más de 4.000 evacuados, por ejemplo. Pero las previsiones son aún más devastadoras, teniendo en cuenta que en 2025, la población de esta región superará los 529 millones de personas y que un tercio de ellas, 174 millones, vive en la costa.

Menos peces y cosechas más pobres

Semia Cheriff, autora principal del informe, advirtió de que si crece la población y crece la demanda de alimentos, puede haber escasez, porque el aumento de las temperaturas incide en las cosechas, el rendimiento de la pesca y el ganado. Para que la gente entienda cómo afecta al planeta cada grado que aumenta, invitó a pensar qué pasa cuando una personas pasa de 37 a 39 grados. Por cada grado que sube en el mar, en el agua hay menos oxígeno y los peces reducen entre un 20 y un 30% su tamaño. Así las cosas, augura que en 2050, el peso corporal de los peces sea la mitad que el actual. En el caso de los cultivos de trigo un grado más equivale a un 7,5% menos de producción.

Riesgos para la salud

La salud de los vecinos de los países que baña el mediterráneo también corre peligro. Se esperan más enfermedades y muertes relacionadas con el calor, sobre todo, de grupos vulnerables como ancianos, niños y personas con menos recursos que viven en las grandes ciudades.

El cambio climático favorece también la aparición de enfermedades transmitidas por vectores, como el mosquito tigre y por el agua. Además, el deterioro de la calidad del aire, el agua y el suelo causa más enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y reduce la producción de alimentos saludables.

Las inundaciones y las tormentas se ceban con la infraestructuras.

La batalla por el agua dulce

Cramer pronostica que para 2040, “más de 250 millones de personas sufrirán escasez de agua”, dispondrán de menos de 1.000 metros cúbico por individuo al año. La disponibilidad de agua dulce se reducirá hasta un 15%. Las regiones más golpeadas serán las de Oriente Próximo. El mediterráneo es una de las zonas del mundo donde más acusadas serán las sequías. Y esto hace peligrar el equilibrio entre los países de la UpM porque además de surgir conflictos entre pueblos por la escasez de agua dulce, se intensificarán las migraciones. Uno de sus estudios constata que desde 1950, los episodios de lluvia en verano se han reducido entre un 10 y un 30%.

Aumento del nivel del mar

El nivel del mar podría aumentar un metro en 2100. Aunque ya en 2050, un tercio de la población de la región sufrirá los efectos de la subida del nivel del mar porque diez de las veinte ciudades del mundo más vulnerables están en el Mediterráneo. Sólo en el norte de África, el aumento del nivel del mar en zonas costera pone en peligro los medios de subsistencia de 37 millones de personas. La salinización de las aguas subterráneas y la inundación de tierras afecta a la agricultura.

Ecosistemas en peligro

Esto no es todo, la cuenca del mediterráneo es uno de los puntos con más biodiversidad del mundo, pero muchos de sus ecosistemas se están viendo afectados por el cambio climático. Ya ahora, se han registrado más de 700 especies invasoras debido al aumento de la temperatura, muchas vienen del Mar Rojo, como el pez león, devorador de especies nativas.

El aumento de la acidificación del agua el mar y de su temperatura provoca muertes masivas de especies marinas. Ya han causado una pérdida del 41% de los grandes predadores marinos. Por su parte la sobrepesca amenaza al 34% de las especies de peces. Las medusas son ya una plaga que ponen en peligro el equilibrio del ecosistema marino.

Tierra adentro, los incendios a gran escala, como el que este verano arrasó las tierras de las desembocadura del Ebro, destruyen una cantidad récord de áreas boscosas, claves para la absorción de Co2. Desaparecen especies de plantas, aves y otros animales.

El cambio climático no espera a la política

Consciente de que todos estos cambios incrementan los desequilibrios sociales y afectan a los países y personas con menos capacidad socio-económica de adaptarse a estos cambios, la UpM se compromete a implementar medidas. Aunque las cosas de palacio van despacio, pese a tener ya estas conclusiones provisionales, el informe final no se presentará hasta la próxima reunión de ministros de Medio Ambiente en 2020. Luego habrá que coordinar políticas que afectan a tres continentes y 43 países.