Barcelona

El paraíso okupa de Colau

El colectivo ha encontrado en la tolerancia de la alcaldesa un ecosistema perfecto para crecer sin consecuencia alguna

El inmueble okupado hace apenas dos semanas en el pasaje Sant Bernat del barrio del Raval
El inmueble okupado hace apenas dos semanas en el pasaje Sant Bernat del barrio del Ravallarazon

En la pasada legislatura, el ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias, encontró una piedra en el zapato en el colectivo «okupa». No sólo fue incapaz de cerrar Can Vies sino que Barcelona volvió a arder una vez más y el ex alcalde acabó claudicando pese a que había comenzado a derruir el inmueble. Con la llegada de Ada Colau a la alcaldía la situación ha dado un giro diametral. La ocupación se tolera e incluso, a tenor de lo ocurrido estos meses, parece que se alienta desde el Ayuntamiento. Los edificios ocupados crecen e incluso algún concejal se ha dejado ver en las reuniones inaugurales.

Así pues, mientras los vecinos desesperan, cuatro inmuebles han sido ocupados en los últimos meses. Al margen de Can Vies, que ahí sigue, se han sumado al club el Raval (pasaje Sant Bernat), Sarrià (Hort de la vila), Gràcia (la antigua comisaría de la calle nil Fabra) y Poble Nou con el edificio Transformadors (calle Ausias Marc). Al Ayuntamiento, al mismo tiempo, le caen críticas por su exceso de tolerancia pero como si oyese llover. Sin ir más lejos, el regidor del distrito y primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, visitó la casa de Hort de la Vila un día después de su ocupación, hace apenas un mes, y participó en la reunión de los nuevos vecinos. A su juicio, la ocupación es «una oportunidad» pese al paupérrimo aspecto que presentan las casitas de esta calle.

La buena sintonía demostrada en Gràcia, sin embargo, no tiene su reflejo en otros edificios ocupados. No al menos en Transformadors, una finca que lleva años cerrada pero se barajaba la posibilidad de cederlo a las entidades juveniles del barrio. Estas, sin embargo, han visto como en un suspiro perdían toda posibilidad. Pese a todo, tal y como denuncia el edil del PP Alberto Fernández, el Ayuntamiento se ha hecho cargo de las facturas de la luz desde que fue ocupado en julio pasado y asciende a la nada despreciable cifra de 2.705 euros. Para Fernández, «ya no se trata de que los okupas no pagan la luz porque se conectan al alumbrado público, ahora hay una nueva modalidad, el propio Ayuntamiento es quien les paga el recibo de forma gratuita». Con el agravante, además, de que Fernández había pactado con el anterior alcalde que el inmueble se transformase en un centro social para ancianos.

Desde finales de 2015, un grupo de jóvenes de Gracia ocuparon la antigua comisaria de Policía de la calle Nil Fabra, de propiedad municipal y cercana a la plaza Lesseps. En este caso, sin embargo, el distrito llegó un acuerdo con los jóvenes para que se quedaran en la comisaría si se abrían al barrio y cuidaban de las instalaciones, algo que los ocupantes se han mostrado dispuestos a hacer.

Así, como si de un efecto llamada se tratase hace apenas dos semanas un nuevo edificio fue ocupado en Barcelona. En esta ocasión, en el pasaje Sant Bernat número nueve del Raval. El inmueble, sorprendentemente grande, estaba vacío desde 2008. Los jóvenes han colgado una pancarta de la fachada, donde se puede leer «Barrio combativo, barrio educativo, residencia estudiantil autogestionada».

Colau no lleva ni un año en el cargo y con ella los «okupas» han encontrado el ecosistema perfecto para desarrollarse. Faltara por ver si la alcaldesa de Barcelona ha calculado la factura electoral de sus excesos de tolerancia porque, de lo que no hay duda, es que pocos edificios ocupados acaban contando con el beneplácito y la comprensión de los vecinos.