Barcelona

El PP alerta contra un «pacto de perdedores»

Pide el voto a los desencantados que flirtean con C’s para evitar la fórmula Badalona en Madrid. Rivera avisa de un complot para salvar el bipartidismo

Jorge Fernández cocina caracoles en Can Mingo y acaricia vacas con el candidato de Lleida Josep Ignasi Llorens
Jorge Fernández cocina caracoles en Can Mingo y acaricia vacas con el candidato de Lleida Josep Ignasi Llorenslarazon

Pide el voto a los desencantados que flirtean con C’s para evitar la fórmula Badalona en Madrid. Rivera avisa de un complot para salvar el bipartidismo

Poco antes de empezar la contienda electoral, el candidato del PP por Barcelona, Jorge Fernández pidió al director de campaña, Xavier Garcia Albiol, ir a Castelldefels, «territorio amigo». Dicho y hecho. Albiol movilizó a su equipo para que Fernández estuviera allí ayer, en su primer día de campaña. A diferencia de hace cuatro años, cuandola localidad costera salió en todas las televisiones después de que Mariano Rajoy la eligiera para la tradicional pegada de carteles, el de ayer fue un acto pequeño, con muchos jubilados que madrugaron un sábado para escuchar al trío más popular del PP catalán, con permiso de Alicia Sanchez-Camacho, el ministro del Interior, el ex alcalde de Castelldefels, Manu Reyes, y su homónimo de Badalona. Los tres alertaron del peligro que supone el «pacto de perdedores» que ofrece el PSOE para evitar que el PP gobierne si gana, como ha pasado en Castelldefels y Badalona.

En Castelldefels, el PP gobernó la pasada legislatura, pero igual que a Albiol en Badalona, pese a ganar en la calle el 24-M, un pacto a cuatro bandas en los despachos impidió a Reyes revalidar la alcaldía. Y ¿cuál ha sido el resultado? Que a 5 de diciembre «la Navidad aún no ha llegado», lamentó Reyes, que describió el amalgama de izquierdas que gobierna en Castelldefels como el Grinch, ese personaje cascarrabias con un corazón dos tallas menor, que roba adornos para que la Navidad no llegue nunca. Sólo que además de escatimar con la iluminación navideña, ha quitado el rótulo que anunciaba «Bienvenidos a Castelldefels» y con él la pluralidad lingüística del municipio.

Salvar el bipartidismo

El ejemplo de Castelldefels y de Badalona sirvió a Fernández para alertar de que «esta fórmula que se ha extendido por toda España tras las municipales y que Pedro Sánchez propone copiar en la Moncloa, es un pacto de perdedores». Fernández se mostró comprensivo con aquellos electores que confiaron en el PP en 2011 y ahora se plantean votar a Albert Rivera, «que es guapo y habla bien», porque las reformas que se ha visto empujado a aprobar esta legislatura «han sido duras y pasan factura al partido que Gobierna». Pero pidió que el 20-D vuelvan a votar al PP, no sea que su voto a Ciutadans sirva para investir a Pedro Sánchez. Este mensaje lo repitió en Vallfogona de Balaguer (Lleida), en la ya tradicional «caracolada» que Mingo Serret organiza en las generales para ayudar al PP a mantener su escaño por Lleida, el del histórico Josep Ignasi Llorens, 72 años.

Aunque el 20-D Ciutadans y Podemos certificarán oficialmente la muerte del bipartidismo, el PP trata a los partidos emergentes como meros soportes para apuntalar mayorías, el papel que hasta la fecha han hecho los nacionalistas. El problema es que por primera vez desde 1977, las encuestas señalan que harán falta pactos o gobiernos de coalición para investir presidente y cerrar acuerdos como la ley de presupuestos.

Ni CDC ni ERC irán a Madrid la próxima legislatura a apuntalar al gobierno de turno a cambio de mas autogobierno. Irán a negociar la independencia. Y para enderezar el problema catalán y gestionar ostras cuestiones como consolidar la incipiente recuperación económica o plantar cara al yihadismo, Fernández apela a la experiencia. «Para experimentos ya está la gaseosa», dijo pensando en Rivera. Rivera replicó que hay una operación del PP y del PSOE para «salvar al soldado Sánchez», porque aunque el PSOE cae, al PP no le interesa enterrar este modelo.