Cataluña
El robot Da Vinci opera ya cáncer de páncreas
El Vall d'Hebron interviene con cirugía robótica a Ángel Díaz, con un tumor complejo de extirpar
El Vall d'Hebron interviene con cirugía robótica a Ángel Díaz, con un tumor complejo de extirpar.
El robot Da Vinci sigue ganando terreno en los quirófanos y poco a poco va robando protagonismo a la laparoscopia, El último avance en este sentido ha sido la realización de la primera resección de la cabeza del páncreas en Cataluña, que tuvo lugar hace mes y medio en el Hospital Vall d'Hebron.
El paciente, Ángel Díaz, debía ser operado de una cáncer de páncreas y «la intervención consistía en sacarle el tumor, la cabeza del páncreas, el duodeno, la vesícula y la parte final del conducto biliar», explica el cirujano Joaquim Balcells, jefe de sección de cirugía pancreática de Vall d'Hebron, quien señala además que «tras la fase de resección había que reconstruir por lo que era necesario hacer tres anastomosis, es decir que había que empalmar tres órganos intraabdominales: el intestino delgado con el estómago, éste con el páncreas y también con el conducto biliar».
Ante cualquier tipo de intervención existen tres opciones quirúrgicas: la cirugía abierta, muy invasiva, la laparoscopia y el uso del robot Da Vinci, éstas dos últimas de carácter mucho menos invasivo. Y las características del tumor, muy localizado y sin contacto con estructuras venosas ni arteriales importantes, y del paciente, relativamente joven (58 años) y sin patologías asociadas, sin problemas de obesidad y sin ninguna operación previa en la zona, permitían llevar a cabo una operación minimamente invasiva y se optó por el uso del Da Vinci.
«Con esta técnica se garantiza una mejor y más rápida recuperación del paciente, reduciéndole el dolor y agilizando su recuperación», asegura el doctor Balcells para poner de relieve que «si bien en una cirugía abierta hay que realizar al paciente un corte de unos 30 centímetros, con el Da Vinci -y con la laparoscopia sucede algo similar- solo hay que realizar cinco pequeñas incisiones: cuatro de ellas para los brazos del robot -tres de los cuales son activos y llevan incorporado material quirúrgico y el cuarto lleva la óptica- y una quinta incisión para poder introducir el aspirador, el filtro de aguja...» «Además, también es necesaria hacer un pequeño corte sobre el pubis para poder extraer los órganos extirpados», añade
Las ventajas que se derivan del hecho de realizar una cirugía mínimamente invasiva son compartidas por la laparoscopia y el robot Da Vinci, pero es que además ésta última es una herramienta que facilita el trabajo del cirujano y garantiza una mayor precisión en la operación. «Los movimientos que nos permiten hacer los brazos del robot no podemos hacerlos los humanos, de manera que éste nos facilita las anastomosis, porque con la laparoscopia no tenemos tanta movilidad». comenta el doctor Balceslls, quien sigue enumerando beneficios del uso del Da Vinci: «éste cuenta con visión en 3D y zoom, lo que nos permite acercarnos más y tener una imagen más precisa y además, el robot elimina el temblor propio de la mano humana».
«El único inconveniente es que con el Da Vinci no tienes sensación de tacto, que has de suplir con la visión», razón por la cual es uso de esta herraminta requiere de un intenso y amplio entrenamiento. «Es un cirugía difícil y muy larga, que puede durar unas 10 horas cuando la media de las operaciones abiertas es de 5 horas, por lo que solo cirujanos expertos en laparoscópica y en cirugía pancreática están preparados para llevar a cabo este tipo de intervenciones», destaca Balcells. En cualquier caso, el doctor admite «que el Da Vinci está sustituyendo a la laparoscopia» y apunta que no se ha generalizado su uso por no disponer de suficientes robots para ello.
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