Patrimonio de la Humanidad

El románico del Valle de Boí volverá a exhibirse tras un año de cierre

El conjunto de iglesias espera recibir ayuda económica de la Generalitat

Una imagen de la iglesia de Sant Feliu de Barruera, cerrada el pasado año por los recortes presupuestarios en el Valle de Boí
Una imagen de la iglesia de Sant Feliu de Barruera, cerrada el pasado año por los recortes presupuestarios en el Valle de Boílarazon

El pasado año las cosas no fueron bien para las iglesias románicas del Valle de Boí. El conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sufrió durante 2012 una serie de recortes presupuestarios que obligaron al cierren de dos de los centros –Sant Feliu de Barruera y la Nativitat de Durro–, además del despido de buena parte de los trabajadores del Centro de Interpretación del Románico. La suspensión de pagos del conjunto hotelero y de pistas de esquí Boí Taüll fue la gota que colmó el vaso a una mala temporada.

El próximo día 14, el Valle de Boí inicia una nueva etapa, en la que estarán en pleno funcionamiento la totalidad de centros de los siglos XI y XII que albergan algunos de los más importantes tesoros del románico, incluida las dos iglesias que estuvieron cerradas el pasado año. También volverá a funcionar el Centro de Interpretación del Románico, con la contratación de la plantilla afectada por el ERE del pasado año, aunque tendrán contratos fijos discontinuos.

Para poder funcionar de nuevo, se cuenta con un presupuesto de 300.000 euros, de los que 67.000 y 40.000 deberán ser aportados por la Conselleria de Cultura y la Diputación de Lleida, respectivamente. El alcalde del Valle de Boí, Joan Peralada, explicó ayer a LA RAZÓN que «confío en que tendremos esta ayuda porque la necesitamos como el aire».

Peralada reconoció que el pasado año fue malo para el conjunto románico, «pero queremos plantear este año con optimismo. Todo funcionará como lo hacía en 2011». Por esa razón, espera poder alcanzar los 130.000 visitantes logrados hace dos años. El alcalde también apuntó que «no tuvimos ninguna queja por parte de la Unesco, pero un patrimonio de la humanidad no puede permanecer cerrado».